Cuando salí del centro, estaba como en una niebla, no veía nada. Todo lo que pasó allí, dentro de la habitación doscientos veinte me asustó. Primero descubrí que el nombre completo del hermano de mi amiga, Svyatoslav, no Stanislav, como pensé. Eso ya me avisó, porque el nombre no era muy común, después, su apariencia, muy similar a Iván. Y al final, estaba en shock por la respuesta de su cerebro a mi beso. ¡Demasiadas coincidencias! Al final, acepté pasar la noche con él. Si no fuera por Tatiana y por lo que vi con mis propios ojos, no estaría de acuerdo y, probablemente, no cedería a la persuasión.
Es como si me hubiera retrasado de nuevo en el vórtice del pasado. Ya temía por mi conciencia. Porque sentía, que Iván era mi Príncipe, pero no estaba totalmente segura, así que hui de él. No
