Capítulo 10

699 Words
Lucas miro del otro lado y vio los ojos azules de ella, sintió que tenía el corazón en la garganta y no le salían las palabras para seguir. –Me siento muy mal padre, no se que hacer. Escucha el tono de voz que tenia ella y se dio cuenta de que estaba aterrada. – ¿Qué le esta pasando? –Que no me esta pasando. –Suspira. –Se reiría con lo que le tengo para decir. –Si quiere dígalo, sabe usted que no se lo voy a decir a nadie. –Es tan complicado padre, siento que si no se lo digo a alguien voy a explotar. –Toma aire. –Me estoy enamorando. Su corazón se detuvo y tenía ganas de llorar, ¿Se había enamorado de Fernando? ¿Por qué se lo contaba a el? – ¿Por qué es tan complicado? No creo que piense eso Fernando cuando se lo digas. –Nervioso. –No padre, no estoy enamorada de el, me parece una persona que nunca me podría enamorar de el, estoy enamorada de otra persona. El sintió que una lagrima se deslizaba por su mejilla, no quería pensar que ella estaría enamorada de el, sabia muy bien que la gente no los iba a dejar tranquilos nunca y no iban a dejar que renunciara a sus votos. –Se que es difícil estar con el, es tan prohibido. –Llorando. Ella necesitaba desahogarse delante de el aun que no iba a decir su nombre pero si no se lo decía sentía que iba a explotar. – ¿Quién es esa persona? –Quería saber, las lágrimas no dejaban de salir. – ¿Padre? –Llamo Gracia del lado de afuera del confesionario. Los dos miraron a Gracia y Gimena salio del confesionario rápidamente, haciendo que Lucas también se levantara y la buscara. –Gimena no te vayas. –Va a buscarla y la agarra del brazo, vio que estaba llorando. –Va a ser mejor que me vaya padre, creo que hice mal y creo que ella lo necesita más que yo. –Limpia sus lágrimas. –Por favor Gimena, tenemos que hablar muy seriamente entre tú y yo. –Ella lo miro. –Esta bien. –Triste. –Entendí muy bien. –Se va sin decir adiós y el volvió a llorar. – ¿Interrumpí algo? –Apareció Gracia. El puso sus manos en su rostro y limpio sus lágrimas. – ¿Por qué llora? ¿Qué le dijo ella? –No me dijo nada. –No mienta padre, yo se que ella le esta haciendo mal, se esta volviendo loco. –Seria. –Si le esta haciendo eso, yo misma la corro del pueblo para que lo deje tranquilo. –No haga nada, no se meta y dígame que quería, para interrumpir la confesión debe ser algo importante. –Lo es, sobre lo que hablamos...–El revoleo los ojos. – ¿Quiere decirme lo mismo de antes? Estoy harto de todo esto, de que si esta mal o bien, a usted no le tiene que importar nada. –Enojado. –Interrumpió algo importante para esto y no lo considero importante. –Si que es algo importante, esto es su vida y va a tirarlo a la borda por ella, ¿Qué le dijo para que se ponga así? –No te voy a decir nada. –Como le gusta ella jugar con dos hombres, Fernando y ahora usted, los dos son unos estupidos. – ¿Ya termino? Yo se que no esta bien Gracia pero me enamore de ella y si ella lo esta de mi, no dudare en un segundo y voy a renunciar a todo. –El obispo no lo va a tomar bien y lo sabe. El trago saliva y sus manos le temblaban, pensó por un momento y hablo. – ¿Tuviste algo que ver con mi acusación de acoso? –Ella lo miro sorprendida. – ¿Yo? –Nerviosa. –Yo... –Gimena tenía razón en sospechar. –La miro. – ¿Por qué lo hiciste? No sabía que me odiabas. – ¡Eso no es verdad! –Alterada. –Lo quiere poner en mi contra. –Por favor ándate, no quiero verte por el resto del día. –Le ordeno. –No quiero escucharte. Ella se pone furiosa y se va de la iglesia, no dejaba de chillar y tenía la mandíbula apretada. –Se dio cuenta de todo por esa maldita, la llegada de esa mujer jodio mis planes y ahora la quiere, no puedo dejar que haga eso, tengo que hacer todo lo posible para que no renuncie, aunque tenga que hacer que el obispo le de un castigo...–Apretando sus puños. –Y ya va a ver esa mujer entrometida de lo que soy capaz. –Decidida.
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