¿Salimos esta noche?
A primera vista, parece despreocupado y casual, pero hay un brillo de pánico en sus ojos.
No sé cómo sentirme al respecto.
Quiero decir que sí. Quiero aceptar y fingir que la noche anterior no ocurrió; pero, entonces, me convertiría en la chica necesitada a la que él puede dejar plantada sin que haya una consecuencia para ello.
No me trago la excusa de la pelea callejera, por qué no lo mencionó anoche, habría entendido la situación si me lo hubiera contado. ¿Por qué no me lo dijo...?
—No puedo —digo—. Voy a salir con mis compañeros de trabajo al final del día.
Agradezco que no me tiemble la voz ni un segundo; sin embargo, eso sólo hace que la sensación de malestar se extienda por todo mi cuerpo, ya que parece que me han dado un fuerte puñetazo en el estómago. Tie
