—Adam—, Luke habla en voz baja. Adam, no... —¿Qué pasa, Zac?— —Se me pone la carne de gallina cuando noto la frialdad con la que habla Adam—, ¿tú tampoco vas a decir nada aquí, amigo? —Adam, lucha—. Luke suena cada vez más preocupado y ansioso. Me toma unos segundos reaccionar, pero cuando lo hago, envuelvo mis dedos alrededor de su muñeca. Todo su cuerpo irradia tensión y violencia, y no puedo entender lo que está pasando. —Adam, por favor…— Pregunto en voz baja para que solo él pueda oírme. Sin embargo, no se mueve. Vamos. El chico frente a nosotros mira a Adam con odio y resentimiento, pero no se mueve. Ni siquiera se intimida por la mirada furiosa que le lanza mi compañero. Finalmente, después de unos momentos tortuosos, Adam parece recuperar la compostura y se aleja de su agre