Rykeer.
Ni siquiera he abierto los ojos y tengo un dolor intenso que me recorre el abdomen. Me arde e incluso cuando abro los ojos y veo el interior del cuarto donde me pusieron, sé que este dolor me va a seguir por días enteros.
Lo primero que hago es quejarme. Incluso la mano donde tengo la intravenosa parece que está solo para sumarme dolor.
Como si no tuviera suficiente, la expresión en el rostro de mi esposa tampoco es muy agradable que digamos.
—Hola—saludo, sintiendo mi voz un poco menos potente de lo que es en realidad—. ¿Cómo salió todo?
Ella se pone de pie y con la luz, puedo ver que tiene los ojos rojos e hinchados. La conozco lo suficiente como para saber que ha estado llorando y no recién, sino por horas enteras.
El dolor que se refleja en su expresión me dice que
