Se subió a su auto n***o con total apuro. Al estar dentro, echó un tremendo bufido. Se revolvió sus cabellos intentando en vano disipar el fuerte deseo, la excitación que lo acosaba en esos momentos. Echó la cabeza para atrás intentando relajarse: no funcionó. Se mordió el labio inferior mientras recordaba ese encuentro con ella: los roces, las caricias, las fuertes agitaciones. –Si tan solo ...–esa frase abarcaba su mente, deseaba explorar y conocer cada rincón de su menudo y maravilloso cuerpo de bailarina. Sacudió la cabeza y prendió el auto. Pisó el acelerador y salió de ahí disparado. La esperaía ... solo eso podría hacer si deseaba que regresara a su lado. * Su alarma sonó, era inútil, mejor salió de la cama, estaba ojerosa y aún sentía su corazón latir a mil por hora. Se sacudió