Despertó, no había logrado conciliar el sueño. Buscó a Holly y esta ya se había adelantado al restaurante. La encontró entablanto la conversación con un amable maitré. –Lo conocí, cuando le pregunté que me recomendaba desayunar –explicó –Quería practicar mi francés y él se prestó muy amablemente a ser mi cómplice, además habla un excelente inglés –Me hubieras esperado, yo podría ayudarte con eso –le irritaba que Holly no pensara en él como una ayuda. –No quería interrumpir tu sueño –sonrió. Gilbert suspiró. –Holly... cuando se trata de ti, créeme no es ninguna molestia –la miró de forma penetrante. El resto del desayuno, transcurrió en silencio. Solo se escuchaba el tintineo de los cubiertos. Holly se sentía extrañamente nerviosa, sentía que a veces Gilbert la mirada de una maner