Ned, respira, contrólate, no sea débil ¿Qué demonios te pasa? Ella ha vuelto, y eso no puede desestabilizarte - tomo otro trago - debes odiarla, no puedes perdonar lo que te hizo, la mentira, la traición, su falsedad; recuérdala. No seas débil. Se ve diferente, más delgada, más triste, fría, cínica y sarcástica. ¿Por qué regresaste, Ariel? - Señor - escuchó al garzón - ¿Desea algo más? - No. Estuvo todo muy bien, como de costumbre. - Tenían mucho tiempo sin venir juntos. - Si – en mala hora la traje a este lugar - La cuenta. - No se preocupe, la señora ya cancelo. - Debí imaginarlo - siempre con su autosuficiencia - Gracias. Veo el sobre que me dio, lo agarro saliendo del lugar, salgo detrás de ella, pero se me esfuma, como siempre. T