Cuando entro a la mansión de Arslan unos minutos después la casa es un hervidero de personas que van y viene. En el salón me encuentro con Jared que al verme respira aliviado. A su lado, Theo me mira con seriedad. —¿Qué ha ocurrido? —Arslan tuvo un percance y salió herido. Jared se acerca y me estudia. —¿Estás bien? —sus ojos se abren un poco al verme —¿Eso es…? Alarga la mano e intenta tocar mi cuello, pero niego. Doy un paso atrás. —Estoy bien, iré arriba. Con eso me alejo y subo las escaleras. Un hombre en el pasillo me señala el camino y las voces me lo reafirman. Abro la puerta. —¡Pero, no! El señor se cree indestructible —chilla —una jodida cosa te pedí, ¡una! Y, mira como regresas. Arslan hace una mueca al oírla. Abro los ojos al ver a Edén echar fuego por la boca mie