La mañana siguiente avanzo por el pasillo y toco la puerta del dormitorio de Edén y Arslan. Cuando abrí los ojos al amanecer Eros no estaba en la cama, así que supongo que tenía cosas pendientes por hacer. Aún más con Arslan convaleciente. La puerta se abre y Edén aparece. Gabriella dice con una sonrisa. —Buenos días —saludo — ¿cómo amaneció Arslan? Sonríe algo más relajada que anoche. —Quiere hacer su día como si nada, pero no le vamos a dejar. Cuando abre la puerta, no puedo evitar sonreír al ver que cuando dice vamos. Se refiere a ella y Caroline que aún en pijama y está acostada sobre Arslan que acaricia con mimo su espada mientras la niña mantiene un chupón en su boca y se ve relajada. —Creo que es la mejor medicina en este momento. Edén asiente de acuerdo. —Solo voy a chec