Dicen que cuándo dos personas están destinadas a encontrarse, aunque estén muy lejos se encontrarán, de otra forma, aunque estén cara a cara no se verán.
Cuando era una adolescente Alice Hayness adoraba ese mantra, soñaba con el día en que el universo la cruzaría con el hombre de sus sueños, con el que se casaría y formaría una hermosa familia, con dos perros y dos bebés; pero los golpes de la vida cambiaron su rumbo, dejó de soñar con ese hombre y se enfocó en su carrera, se convirtió en una mujer fuerte y decidida, que hizo su propio nombre en el mundo corporativo gobernado por hombres, con una trayectoria implacable en Maklin’s Corporation, nunca imaginó que su vida se iba a convertir en un infierno luego de conocer a James Maklin; pero debió suponerlo, después de todo no era la primera vez que un hombre ponía su mundo patas arriba, había sufrido demasiado y se había jurado nunca más permitir que un hombre estuviera por encima de ella o incluso tener sentimientos por uno, después de todo el amor y las relaciones no eran para ella, pero con James ese juramento no tendría la fuerza suficiente para detener lo inevitable.