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Mientras tanto, Alejandro estaba analizando la situación, en la tarde tomó la decisión de girar las cosas a beneficio suyo, sabía que nunca podría sentir nada por alguien como Natasha , pero la nostalgia que le generaba esa niña era algo que no le gustaba. Lastimosamente ahora no puede echar para atrás sus planes, si desea que se cambie la imagen general que se tiene de él; debe de aprovechar las circunstancias; él sabía desde un principio que no podía decir no al compromiso; si se negara los titulares lo mostrarían como un ser sin escrúpulos que dejó a su prometida con una niña.
Definitivamente no podía decir que no.
Pero la señorita Jhonson es lo suficientemente ingenua para creer que lo haría sin obtener nada, y lo peor es que era tan confiada para creer que servicios sociales se conformaría con un compromiso.
Alejandro sabe que, en este caso, un matrimonio arreglado sería la mejor solución, tanto como para la prensa, servicios sociales y su familia; el único problema radica en esa niña, el no entiende como lo altera, pero se mantendrá alejado de ella, porque la verdad, lo que ellas necesitan es algo que él, no les podía brindar.
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— ¿Desea algo de tomar? — Le pregunté cuando regrese a la sala— tengo agua o si prefiere café.
— Agua estaría bien, gracias.
Me fui a la cocina, traté de ocupar los mejores vasos que tenemos, pero aun así estoy segura que al señor " puedo comprar medio país" no le parecerán.
Una vez regresé, Alejandro tomó su vaso y dio un trago; yo estaba nerviosa, depende de lo que él haya decidido mi vida y la de mi hija cambiará.
— Tengo una duda, como me explicaste la familia de tu amiga no querían nada con ella, pero... ¿les notificaste sobre su muerte o el trámite de adopción?
— El día de la muerte de Kate les hablé, pero nunca contestaron, traté de contactar a mi familia, pero tampoco respondieron. Por ser los abuelos de Mely, les dejé diversos mensajes para que se comunicaran conmigo y nunca lo hicieron, el día del velatorio hice que se firmaran las visitas, puede que sea cruel pero saque copias y se las mandé a sus padres con una carta, en ella les explicaba todas las persona que estuvieron velando la memoria de la hija que ellos repudiaron; sé que estuvo mal, pero Kate no se merecía un entierro de esa forma— detesto hablar sobre esto, no soy un persona rencorosa pero lo que le hicieron a Kate no tiene perdón, parpadee un par de veces tratando de controlarme antes que las lágrimas asomen de nuevo.
—Por lo que veo tú tampoco posees una buena relación con tus padres— me preguntó a lo que me puse rígida; el tema de mi familia es delicado, hasta el día de hoy solo tengo noticias de ellos por medio de mi hermano mayor.
— Lo siento señor, pero no veo prudente contarle mi vida familiar, además no posee relevancia en nuestro acuerdo— lo miré fijamente y pareció captar el mensaje ya que aclarándose la garganta me dijo.
— Tiene razón señorita Jhonson, no posee relevancia; pero analizando la situación: nos encontramos en un gran problema, he estado sopesando todo lo que me ha contado, la verdad no veo por qué tendría que ayudarla— cuando terminó de hablar me sentí morir.
— Pero— continúa hablando— esto me puede beneficiar, verá como ya se habrá dado cuenta, la prensa nunca es muy amable con mi persona— esto ya lo sabía, odio admitirlo, pero siempre leía los artículos que hablaban de él y de su vida. Sé que era un actitud consumista pero su historia era muy interesante aunque los escritores no lo consideraran así, siempre fue pintado como la inversión de los Harrison, como un ser cruel y déspota.
—Lo entiendo señor, pero ¿qué tiene que ver eso con la adopción? — le pregunté, no entiendo la relación entre una cosa y la otra.
— La noticia de nuestro compromiso ya salió a la luz, y muy pronto descubrirán su trámite de adopción; si desmiento el compromiso, la prensa amarillista se inventará una infinidad de cosas, puede ser que digan que la utilicé y luego la despedí, o lo peor sería que asumieran que juntos haríamos la adopción y la abandoné con una niña.
¡Oh Dios!
No había pensado en esto, él tiene razón, los periodistas son unos desgraciados cuando se lo proponen y aún más con él.
— Así que no se preocupe, no desmentiré el compromiso, pero ahora tenemos otro problema más importante.
Coloque mi cara de no entender, si había aceptado el falso compromiso no comprendo cual sería el problema.
— ¿A qué se refiere?
— Verá señorita Jhonson, un compromiso tan largo generará sospechas y si al final este se rompe, igual tendrá un efecto negativo hacia mi persona, además, mi familia es algo..., digamos intensa; sobre cualquier tema de mi vida personal afectiva.
— ¿Cree que ellos sospecharían algo? — le pregunté, la verdad no había pensado en su familia y su reacción ante un compromiso.
— Siempre sospecharían, debido a mi status, las mujeres de mi círculo no se caracterizan por la honestidad y las buenas intenciones, además de eso se les hará muy extraño que no les haya presentado a la mujer que planeo, en teoría, hacer mi esposa ¿no le parece?
La verdad es que tiene razón, todo sería muy raro.
— Entonces ¿qué tiene planeado? — le pregunté.
— Como inicio, una cena, mañana en la noche, al parecer mis padres no vieron el artículo, pero mi hermana sí, me ha estado hablando tratando de convencerme de llevarte a casa, para que ellos te conozcan— ¡Por Dios! había olvidado que tiene una hermana, la señorita Amanda Harrison, la única hija de los Harrison hasta que adoptaron a Alejandro.
— ¿Mañana? —Pregunté con voz temblorosa, esto es muy repentino; pero en eso pensé... — ¿Cómo es que tienes una cena programada
para mañana con tus padres, si hace apenas 7 minutos aceptaste mi propuesta? — le dije.
— No la tengo programada Natasha , mañana hablaré con mi madre para notificarle que iremos a cenar, eso es todo.
¡Ok! eso tiene lógica, pero otra duda se instaló en mi cabeza.
— ¿Y mi hija?, ¿Tus padres sabrán que estoy adoptando a Mely? — lo observé fijamente tratando de comprender sus reacciones, pero él solo dijo con su rostro serio...
—Claro que sabrán, la llevaremos mañana con nosotros.
— ¿Ese es el problema al que se refería? — le pregunté sin entender por qué era tan grave si ya lo tenía resuelto.
— No, mi familia sólo sería el comienzo, el problema más grande serán los medios; no podemos simplemente terminar un compromiso de seis meses con niños de por medio sin dar ninguna explicación.
Lo medite por un momento y debía aceptar que él tenía razón. Este hombre piensa en todo.
— ¿Y que tiene pensado señor Benedetti? Alguna... no sé
¿infidelidad? O tal vez ¿diferencias irreconciliables? — le dije dando opciones para hacer más creíble nuestra separación.
— Antes le quiero preguntar ¿Qué tan lejos está dispuesta a llegar por obtener la custodia de su hija? — me quedé congelada, esa pregunta no me la esperaba y no me gustaba para nada.
Alejandro parece ser de esos hombres que sacan cualquier tipo de provecho de las situaciones pero el detalle radica exactamente en hasta donde quiere él que llegué yo por mi hija.