Entre dos mujeres

1551 Words
Jennifer, había sido una jovencita que había tenido la mejor educación, siempre estuvo rodeada de lujos y confort, y especialmente Su padre Emliano, le daba todo a manos llenas, era su única hija, aunque siempre quiso tener un varoncito, pero sin embargo, se desbordaba en amor y atenciones hacia su hija la cual amaba con toda su alma. Por su parte la relación marital entre Luisana y Emiliano, se había enfriado con el pasar de los años. Él era un hombre entregado a sus negocios y además era muy ambicioso y su unico interés era poder hacer crecer cada día más su fortuna. Por lo que sin darse cuenta había descuidado su relación con Luisana. Cada vez se distanciaban más, solo se veían en la empresa en horas de trabajo, pero además había una razón que lo hacía mantenerse alejado de Luisana, y era porque en realidad tenía una amante a escondidas. Sin embargo, Luisana ya había comenzado a sospechar de su existencia, y en el fondo llena de despecho y sintiéndose cada vez más sola, se dejó llevar por los coqueteos y atenciones de Armando, convirtiendolo en su amante de turno. Aprovechaban los momentos en los que ambos estaban libres y se veían dentro de la oficina de Luisana. Siempre lo mandaba a buscar con cualquier excusa y justo allí, tenían sus encuentros intimos en medio del horario laboral. Por lo tanto para ese momento, no levantaban ninguna sospecha, pero cada vez que tenían oportunidad, se escapaban de la empresa y se veían en un pequeño hotel en un lugar bastante retirado del entorno de Luisana. Ella ya quería desistir de esa relación, ya que sabía que no era ético lo que ambos hacían, además Armando era mucho menor que ella y estaba muy clara de que esa reclación no llegaría a ningún lado aunque ella decidiera dejar a su marido. Aquella noche Emiliano no llegaba aun a casa, eso tenía demasiado molesta a Luisana, ya que lo había llamado varias veces a su celular pero este no le atendía. Lo que la hizo imaginarse que tal vez estaría con su amante. Estaba tan molesta y despechada, que decidió llamar a Armando, quería encontrarse con él, quería desahogar todo ese coraje e impotencia que sentía en ese momento, pero lo que no se imagninaba Luisana, era que Armando, se encontraba cenando con su hija, y que esa era la salida para la que ella le había pedido prestado el vestido rojo. “voy a llamar a Armando, necesito estar con él, es el único que puede hacerme sentir como mi marido no lo hace.” Armando se encontraba cenando con Jeniffer en un modesto restaurante de coomida rápida, que era para lo único que le alcanzaba el dinero, sin embargo, Jennifer estaba tan enamorada de él, que no le importaba comerse un hot dog con ese vestido tan elegante, con tal de poder estar en la compañía de Armando. — Te están llamando al celular. — dijo Jennifer. — Sí, tengo que atender, es importante. Armando se puso nervioso al ver que la llamada era de Luisana, enseguida se levantó de la mesa y se alejó de Jennifer para poder hablar sin que esta se diera cuenta que se trataba de una mujer. — Hola, ¿Cómo estás? — Armando quiero verte, estoy sola en casa, mi marido aún no llega y mi hija salió con su novio. Quiero que me hagas el amor hasta perder la conciencia. Armando se puso muy nervioso, ya que no quería decirle a Luisana que se encontraba con la chica de la que le había hablado; y por otra parte, tampoco quería que Jennifer se diera cuenta de que tenía un amante. — ¿Qué pasa Armando? Te has quedado callado.. ¿No me digas que estás acompañado por la jovencita de la que me hablaste? Te siento algo nervioso. — ¡No! ¡Claro que no! Lo que pasa es que estoy terminando de cenar con unos amigos, pero dame media hora y nos vemos en el sitio de siempre.¿Te parece? — Está bien, me voy a arreglar para ti. Y voy a llevar puesto el bickini n***o que tanto te gusta para que me lo quites con tu boca. — Sí cariño, estoy ansioso por sentir tu cuerpo desnudo y comerte toda. Armando colgó la llamada y regresó a la mesa en donde estaba Jennifer esperánndolo ansiosa para que continuaran con su plática con la que ella estaba muy entretenida, ya que la sola presencia de él, la hacía sentirse muy feliz. — ¿Y quién te ha llamado que vienes tan nervioso? ¿Acaso pasó algo? — Sí, lo que pasa es que me llamó mi mejor amigo, es que tiene un problema familiar y me pidió que fuera a su casa a verlo. La cara de Jennifer fue de decepción, sin embargo por la forma como le había hablado Armando, no dudó en lo que le dijo, y enseguida le respondió: — Lo siento tanto, pero no hay problema si tienes que ir a ver a tu amigo, podemos dejar la cita para después, por la cara que traes pareciera que es algo grave. Si puedo ayudarte en algo, sabes que puedes contar conmigo. ¿Quieres que te acompañe? — ¡No! No hace falta, la verdad es que me da mucha pena contigo Jennifer, que te has esmerado en ponerte tan bella para mi y que yo tenga que dejarte en medio de nuestra cita. — ¡Oh no! No te preocupes, por mi está bien, además, ya tendremos más días para vernos. Armando se sintió muy mal en ver la actitud tan comprensiva que había tomado Jennifer, cuando él solo la estaba engañando y ni siquiera la había podido llevar a un sitio digno de ella, a los que estaba acostumbrada a frecuentar. — ¡Qué linda eres Jennifer! Te vestiste tan elegante y yo lo único que hice fue traerte a este sitio a comer hot dog. Tú te mereces un hombre mucho mejor que yo. Ella le tapó la boca con sus manos y enseguida se acercó a él mientras le daba un beso en los labios, al cual él enseguida correspondió, porque en el fondo le atraía mucho Jennifer, pero estaba muy enviciado con Luisana, porque con ella vivia todas sus fantasías sexuales sin ningún compromiso, pero en cambio su relación con Jennifer era totalmente diferente. Ya que con ella debía ir con más respeto, además Jennifer aún era virgen, por lo tanto no podía hacerle daño y debía ir con mucho cuidado. Lo peor de todo, es que no se imaginaba que ella era la hija de Luisana, esa mujer por quien había dejado su cita con Jennifer a la mitad. Al terminar de besarla, ella le dijo mirandolo a los ojos: — Quiero que conozcas a mi familia, creo que ha llegado la hora de que por fin sepas quienes son mis padres. Jennifer se lo decía con una doble intención, ya que ella en todo el tiempo que tenían saliendo, no le había dicho que ella era hija de los dueños de la empresa en donde él trabajaba. Pero ella iba tan en serio con esa relación, que ya quería que él se convirtiera en su novio formal. Armando por su parte, no estaba preparado aún para tener un compromiso, no tenía una estabilidad económica que pudiera ofrecerle, aunque tampoco le pasaba por la mente que ella era una niña rica. — Jennifer, me parece que todo esto va muy rápido, y yo no tengo nada que ofrecerte, a penas lo que gano en la empresa me alcanza para mis gastos y para ayudar a mis padres. — Sabes que eso no me importa, conozco muy bien a tu familia, recuerda que tu hermana es mi mejor amiga y sé perfectamente cual es tu situación. Solo quiero que los conozcas, porque ellos quieren saber con quien estoy saliendo, eso es todo. — Está bien, tienes razón, creo que si mi hermana estuviera saliendo con alguien, también mis padres querrían conocerlo. Solo avisame cuándo quieres que vaya a tu casa. La hermana de Armando, era la mejor amiga de Jennifer, ella fue quien los presentó durante una fiesta que hicieron en su casa, pero Jennifer le pidió que no le dijjera todavía a Armando, quien era su familia, ya que ella no quería que él terminara rechazandola por ser millonaria y encima la hija de sus jefes. (…) Al despedirse de Jennifer, Armando tomó un taxi y fue al encuentro con Luisana, quien lo estaba esperando a unas cuantas calles cerca de un pequeño hotel en donde tenían sus encuentros intimos. Ella se encontraba dentro del auto esperando a que Armando llegara. — Hola cariño. — ¿Por qué te tardaste tanto? Tengo una hora dentro del auto esperando a que te aparecieras. — le dijo molesta. Armando la besó y luego pasando su mano suavemente por sus pechos, le dijo muy cerca del oído: — Ya no hagas corajes cariño, que ya estoy aquí para hacerte el amor y besarte todita como tanto lo deseo. Luisana lo besó en la boca llena de deseo y luego arracaron el auto y se fueron directo al hotel. Al llegar a la habitación……
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