Una relación prohibida

1643 Words
Luisana, es una mujer madura, casada con un empresario millonario dueño de una empresa importante en todo el país. Ella cansada de sus maltratos y su indiferencia, decide comenzar una relación con Armando, quien es un joven mucho menor que ella, el cual se desempeña como vendedor justamente en la misma empresa de su marido, en donde ella al mismo tiempo es su jefa. Pero a pesar de mantener esa relación en secreto, todo cambia cuando su hija le presenta a el hombre con el que quiere contraer matrimonio, que para su sorpresa, es nada más y nada menos que el mismo Armando, su amante. — Armando por favor, esto se tiene que terminar, recuerda que te he dicho mil veces que soy una mujer muy mayor para ti y además, estoy casada. — Luisana, me tienes loco, eres hermosa y eso son solo prejuicios de la edad. Además, luces sensacional. Y no tienes por qué preocuparte, ya que aquí en la empresa nadie lo sabe, esto es solo un secreto entre tú y yo. — Tú me hiciste caer en tu trampa, porque cuando nos reunimos en la fiesta de fin de año de la empresa, nunca me dijiste que trabajabas para mi. Era imposible saberlo, aquí hay demasiados empleados en todos los departamentos de ventas. Y aún sabiendo que yo soy la esposa del dueño, te aprovechaste de los traguitos que tenía demás, comenzaste a seducirme y esa misma noche nos metimos a la cama hasta devorarnos. — Cariño, es que desde que llegué a trabajar aquí como vendedor, y supe que tú eras una de las dueñas de la empresa, quedé rendido con tu belleza, y fue para mi un reto conocerte y hacer que te interesaras en mi. — Por favor Armando, ya deja de hablarme tan cerca, mira que puede entrar alguien a la oficina y tomarnos por sorpresa. Y además, escuché algunos rumores de que estás saliendo con una chica. Espero que no sea de la empresa, porque ya eso sería demasiado abuso de tu parte, apenas tienes unos meses trabajando aquí. — A ver…¿Y qué pasaría si por cosas de la vida yo estuviera saliendo con una chica tan hermosa como tú? — No pasaría nada Armando, desde el primer día te dejé muy claro, que soy una mujer casada y que lo nuestro solo es una calentura que saciamos de vez en cuando. Pero hay muchas cosas que nos separan, y la principal es que puedo ser tu madre, practicamente tienes la misma edad de mi hija. ¿Te imaginas si esto llega a oídos de mi marido? Sería un verdadero escándalo. — Ya eso lo sé a la perfección, me lo has dicho un montón de veces. Lo que pasa es que yo siento que me estoy enamorando de ti. Y lo que siento contigo cuando hacemos el amor, no me lo ha hecho sentir nninguna mujer con la que he estado. Eres muy ardiente, no etiendo como tu marido no se da cuenta de la gran mujer que tiene como esposa. Armando se sentía un poco decepcionado, porque a pesar de la diferencia de edad que había entre ambos, y tomando en cuenta de que él era un simple empleado, sentía que se estaba enamorando cada día mas de Luisana. Ella al verlo tan afligido, se acercó a él mientras le decía intentando levantarle el ánimo: — Por favor Armando, no tienes por qué ponerte así, además eres muy joven y tienes todo para encontrar una chica de tu edad que pueda corresponderte como tú te lo mereces. Y estoy casi segura de que esa chica ya existe en tu vida, porque para serte muy sincera, uno de tus compañeros hace poco hizo un comentario y fue muy claro cuando dijo que estabas saliendo con una joven de muy buena familia. Armando se puso algo nervioso, porque no quería contarle nada a Luisana de su relación con esa joven que había conocido hace poco, y que no le era tan indiferente. Así que decidió decirle la verdad, ya que pensó que lo que es igual no es trampa, Luisana era una mujer casada, por lo tanto no tenía por qué molestarse si él tenía una novia formal. — Está bien Luisana, eso que escuchaste por ahí, es verdad. Estoy saliendo con una chica que es muy amiga de mi hermana. Nos conocimos por casualidad en la fiesta de cumpleaños que le hicieron a mi madre. Y bueno…decidimos salir para conocernos mejor. — ¿Entonces es verdad? ¿Y cuándo pensabas decirmelo? ¿Cuando te viera con esa chica por allí en cualquier parte? Creo que tenemos la suficiente confianza como para hablarnos con claridad. Pero al menos dime ¿Es algo en serio? — Bueno la verdad es que ….si, aunque aun no conozco a su familia, pero es una chica que quiere casarse, tener un hogar. Y tenemos la misma edad. Pero yo con quien quiero estar es contigo. La única mujer que me hace sentir en las nubes eres tú. — Me gustaría que comprendieras algo Armando, no puedo negar que tú y yo la pasamos riquísimo, que me has devuelto las ganas de vivir de nuevo, porque la relación con mi marido es verdaderamente un caos. Pero lamentablemente lo nuestro no puede ser. Y si ya estás con esa chicca, lo mejor es darle fin a esta relación antes de que alguien pueda salir lastimado. — Por favor Luisana, no quiero que terminemos, además el hecho que salga con esa chica no es razón para dejar de vernos. Tú también estás con tu marido y sin embargo yo he tenido que aceptarlo. — Pues para mi sí es una buena razón para que esto se acabe, no quiero llevar en mi conciencia que le estés haciendo daño a esa chica por mi culpa. Ya suficiente remordimiento tengo con estar engañando a mi marido Emiliano contigo. Y ultimadamente,me molestó muchísimo que no me hayas dicho la verdad de que tenías una relación paralela. No me da la gana de tener que compartirte con una jovencita caprichosa que quizá no tenga ni cerebro. Luisana sin darse cuenta estaba furiosa y llena de celos, a pesar de que ella decía estar clara con respecto a su relación con Armando, el saber de la existencia de esa joven, la había hecho incomodar. Comenzó a darse cuenta que había nacido dentro de ella un sentimiento especial hacia Armando, que iba mucho más allá de la relación s****l que tenían. Lo más irónico de todo, era que ella misma le puso como condición desde un principio, que no podían enamorarse, y que la relación solo se iba a basar en encuentros íntimos en donde los sentimientos no podían involucrarse jamás. Armando salió de la oficina muy desconcertado y molesto, ya que no quería perder la relación que tenia con Luisana. (…) En horas de la noche. Luisana estaba llegando de la empresa, estaba exahusta, pero sobre todo estresada con la conversación que había tenido con Armando. Jennifer, su hija, se encontraba leyendo un libro en la sala de estar y al ver a su madre llegar, enseguida se levantó del sofa y le dijo muy entusiasmada: — ¿Cómo estás mamá? Pensé que vendrías con papá — Hola hija, tu padre se fue a una de sus dichosas reuniones de trabajo y me dejó en la empresa hasta el cierre. ¿Y por qué tanto afan de que llegaramos? — Es que esta noche tengo una salida muy especial y quería que me prestaras tu vestido rojo. — ¿Y se puede saber con quién vas a salir? — Es un chico que conoci en la fiesta de cumpleaños de una de mis amigas. ¡Es tan lindo! Que te juro que este sí es el bueno para casarme. — Con calma Jennifer, sabes que tienes que conocerlo muy bien antes de hacerte ilusiones. Y esta bien, ve y toma el vestido, pero mucho cuidado con arruinarlo, mira que es un modelo exclusivo. Sólo espero que ese chico sea proveniente de una buena familia y te lleve a un sitio digno de ti y del vestido que vas a llevar puesto. — Esta bien mamá, no te preocupes. Gracias, eres la mejor madre del mundo. Luisana se quedó pensativa al escuchar a su hija decirle esas palabras, enseguida pensó: “¡Dios mio! Creo que soy la peor madre y la peor esposa. Si Emiliano se llegara a enterar que tengo de amante a un chico que tiene la edad de nuestra hija, creo que mi familia se destruiría por completo.” (…) Mientras tanto Jennifer, estaba emocionada porque esa noche iba a encontrarse de nuevo con el hermano de una de sus amigas, un chico muy atractivo con el que estaba saliendo desde hace un par de meses. Jennifer sabía que él trabajaba como vendedor en la empresa de sus padres, sin embargo había decidido no decirle nada a su familia para evitar que le impidieran seguirlo viendo, ya que especialmente su padre Emiliano era un hombre con muchos prejuicios sociales y no iba a permitir que la única heredera de toda su fortuna mantuviera una relación con uno de sus empleados. Y de la misma forma también le había ocultado a este chico que ella era la hija de los dueños de la empresa donde él se desempeñaba como vendedor, ya que no quería que se sintiera aludido en ver que ella era una joven con mucho dinero, ya que él era proveniente de una familia de escasos recursos. Pero lo que en el fondo no sabía Jennifer, era que ese joven del que ella estaba tan enamorada y con el que pretendía casarse, se trataba nada más y nada menos que de Armando Buenaventura, el amante secreto de su madre. (…)
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