Capítulo 2: La última revelación

1540 Words
Así lo hace, se coloca la sotana y se sienta, ante las miradas acusadoras del resto de los integrantes. El abate hace una seña y el monje mayordomo trae una bandeja con copas y una botella de vino muy especial, las sirve a cada uno de los presentes, mientras el silencio se apodera del lugar El abate toma la palabra y expone: --La logia del árbol de la vid, se ha reunido hoy a solicitud de uno de sus miembros… Doña Bernadette Fischer… por lo tanto le cedo la palabra a tan honorable dama, para que exponga los motivos que la condujo a convocar con tanta urgencia esta reunión de la logia – -- Gracias abate… los he convocado aquí, porque hoy el gobernador dispuso de la vida de uno de los más insigne, m*****o de esta logia, disponiendo a su voluntad públicamente de alguien de los nuestros… exijo que se aplique la ley a este m*****o – -- Me vi obligado… ya que el anciano Melquiades había dispuesto de la vida de dos personas y se disponía a disparar sobre la muchedumbre … estaba demente, tomando sangre de sus víctimas – responde el gobernador en su defensa --Todos sabemos que es la dependencia del vino de la uva del árbol de la vid, cuando se ha bebido en exceso, se produce ese efecto, es una demencia senil donde no se reconoce a nadie, es un estado de locura…. También sabemos lo que tenemos que hacer en estos casos… la pregunta es ¿Por qué no hizo lo correcto? – agrega el alguacil Arnaldo Coello Villamizar -- Su actuación es muy peligrosa – dice otro de los miembros --Esto merece un escarmiento -- …— Es una falta a la logia ---… -- Hoy es él, mañana será uno de nosotros -- … --Cuál es la garantía de vida pertenecer a esta logia --, eran otros comentarios de los presentes, la reunión se convirtió en una tertulia, donde ninguno se escuchaba, acusaciones iban y venían, hasta que el abate con voz enérgica, elevando el tono dijo --¡Silencio!... ¡Silencio! Por favor… nada ganamos con acusarnos unos a otros…. Esto es una hermandad… lo que es con uno es con el pueblo de Killari… nuestras decisiones acertadas o no, recaen sobre la ciudad, tenemos que tener mesura… preguntemos a las sagradas escrituras de nuestros antepasados Incas— El abate hace una seña, y los monjes extraen un cofre antiguo de madera, donde se encuentran resguardados unos papiros muy antiguos y un libro muy parecido a una biblia, él escoge uno de los papiros y comienza a leer en voz alta --Hermanos el gran día está cerca… y cuando llegue la noche de ese día tan esperado, la sangre dará vida al vino, y el vino se convertirá en sangre sagrada, el final de los tiempos se aproxima, una nueva era comienza, una era dorada, donde todo aquello que conocemos, como lo conocemos, desaparecerá ante nuestros ojos… los afligidos tendrán consuelo… los puros servirán de sacrificio, los fieles recompensados, un largo camino sin retorno nos traerá la visita de un forastero, y su verdadero amor por la hermosa doncella, indicará el camino a seguir para cumplir la última misión— En eso el abate hace una pausa, eleva su copa y bebe, los demás hacen los mismo, todos beben de su copa, aquel vino tan especial, que llaman el elixir de los dioses y continúa diciendo --Solo aquellos fieles a la causa, podrán salvarse y salvar a quienes lo rodean… nuestra tierra es la elegida, nuestros ancestros lo sabían, y trabajamos para eso…— Se levantó de su silla y elevó la copa como una insignia sagrada diciendo --Anoche se produjo la última revelación, y serán Uds. los encargados de descifrar el enigma que nos llevará al final del camino… El forastero tiene la respuesta, su gran amor generará la sagrada sangre… todos venimos a este mundo del vientre de una mujer… y será una mujer quien deberá hacer el último sacrificio para salvar a todo el pueblo de Killari – En ese momento, en las afueras de la Abadía, un joven, a quien todos le decían el loco Jagui, corre por todos lados, mirando al cielo, asustado gritando: --¡Viene tormenta!… Yo sé… ¡Viene tormenta!... algo se aproxima… ¡Viene tormenta!... – Nadie lo toma en serio, pero en aquel sótano, sus miembros continúan bebiendo lentamente el vino sagrado, sus rostros se muestran complacidos y felices, cada uno es iluminado de forma distinta, conocimientos, ideas, ilusiones llegan a sus mentes, hasta que se rompe el silencio --Que pasará entonces con la vida que le pertenecía al árbol de la vid – pregunta Bernadette Fischer --Será reemplazada por su propia sangre y corregiremos el error – responde el gobernador, aunque ella se encuentra insatisfecha con la respuesta hace silencio Terminado de beber el vino se levanta la sesión y todos continúan a sus casas. Entre tanto, Daniel llega con Martín a la pensión de doña Paquita --Madre te presento a mi amigo Daniel Castillejo… él necesita un cuarto aquí en la pensión – Paquita se queda asombrada y silente al ver al joven forastero y las lágrimas brotan de sus ojos --Madre ¿Qué te sucede? – --No te das cuenta hijo… él es igual a tu hermano Miguel – Daniel se incomodó –Es mejor que me retire— --No por favor… perdone a esta vieja, quien no ha superado la muerte de su hijo mayor… sabe, murió en la guerra, hace años… pero ud se le parece mucho y eso me impresionó y por un momento pensé tenerlo al frente – --Lo siento, mi querida señora, haberle impresionado así, mejor piense que yo soy ese hijo perdido y no sufra más… no me llore más mi buena señora – --Si puede ser… permítame llevarlo a la habitación de mi hijo, es la única que se encuentra disponible… sígame por favor – Esa noche, David había encontrado un hogar, el parecido con el difunto Miguel, fue la razón para que lo aceptaran como de la familia Aragón Vargas, quienes eran una familia de origen humilde, pero de buena influencia y reputación en la ciudad Al día siguiente un cortejo fúnebre acompaña el entierro de aquel que en vida se llamó Don Melquiades de las Casas, quien fue el dueño de la flota más grande de barcos de la región, gran exportador de vinos por todo el mundo Detrás del féretro caminaban abrazados sus hijos, Ángela y Emilio de las Casas Huerta, quienes lloraban inconsolablemente la pérdida de su padre, seguidamente iban en silencio con el cura del pueblo la caravana de los señores más importantes de la región, incluyendo el ciudadano gobernador, quien marchaba junto a ellos con la policía uniformada al mando de Arnaldo Coello Villamizar el alguacil del pueblo De lejos el pueblo acudió para darle el último adiós a un hombre, quien fue muy querido en la ciudad por su bondad, en la multitud se encontraba el joven Enólogo Daniel y los de Aragón, que también acudieron al entierro Desde la distancia Daniel divisaba a la joven Bárbara Márquez, quien caminaba solloza, entre otras damas de sociedad. Llegaron al cementerio ubicado en lo alto de la montaña, donde depositaron los restos del flamante aristocrático Melquiades de las Casas, después de las exequias realizadas por el cura, todos marcharon en paz a sus casas Dos días despues llega a la ciudad en su camioneta Pickup roja, el joven Fran Müller, ingeniero agrónomo, quien es el novio de Ángela de las Casas Huerta. Al llegar se encuentra con la triste noticia de que su suegro habría fallecido, va hacia la casa de Ángela, ella al verlo corre a los brazos de su prometido --Fran… mi amor, llegaste, por fin… te esperaba con desesperación – -- Hola mi amor… ya me enteré de lo sucedido, no sabía nada, o hubiese llegado antes…. ¿Cómo pasó? Cuéntame – --Es muy triste… despues te cuento, ven que te llevaré a tu habitación – --No mi amor, de ninguna manera… aunque tu padre ya no está, respetaré las formas como si él estuviese aquí…. Yo tengo una habitación reservada en la pensión de doña Paquita, donde me quedaré hasta el día del matrimonio… o si quieres suspender el matrimonio también lo acepto…. como tú lo dispongas mi amor— --No pienso suspender el matrimonio, que será entre un mes, ahora que murió mi padre, me siento más sola que nunca, mi hermano también piensa irse a España, ¿Qué haré sola en este caserón sin mi padre? me quiero casar cuanto antes, no haré fiesta en honor a su memoria, pero si me casaré – --No se diga más, mi amor… lo haremos como tú quieras, nos casaremos y nos iremos de este pueblo de vuelta a Europa, mira que yo vine a casarme aquí, solo por ti, pero no me gusta este pueblo de creencias, chismes e intrigas – --Si mi amor… nos casaremos aquí como quería mi padre y luego nos iremos de aquí para siempre… le venderé mi parte de los viñeros a los otros socios y compraremos una casa en Europa, nueva, para nosotros dos –
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