Capítulo V

1738 Words
Mi departamento tampoco es la gran cosa. No es muy grande, pero vivo yo sola, por lo que se puede vivir muy cómodamente aquí. Tiene una pequeña sala de estar con una cocina de concepto abierto, mi habitación y un pequeño baño, es lo suficientemente cómodo para una persona, o eso pienso. Vivo en un sexto piso a media hora de mi trabajo. De pequeña creía que un sexto piso era lo más alto que podía ser un edificio, así que ese era mi sueño de la infancia. Y de adulta lo logré, sin embargo y para la mala fortuna de mí yo pequeña, el sexto piso no era la parte más alta de un edificio. Es más, vivo en el medio de este edificio, porque en total tiene 12 pisos. Me gusta mucho mi sexto piso, ahora de adulta me gustaría vivir en un piso más alto para tener vistas más altas de la ciudad, aún así me siento satisfecha por haber logrado ese pequeño sueño de mi infancia. Los días que suelo estar muy atareada pienso que este espacio tan pequeño me sofoca, a veces suelo fantasear con vivir en una gran casa con miles de habitaciones y un gran jardín, pero siendo realistas creo que disfruto más de los espacios pequeños -y siendo aún más realistas, un espacio más grande tampoco va a solucionar mis problemas-. Realmente solo quiero un sitio sencillo donde pueda estar cómoda y disfrutar de mi soledad. Aunque mis tardes no siempre son mi soledad y yo, de vez en cuando invito a Sean a pasar la tarde conmigo, y él jamás se ha negado, ya que le gusta mucho pasar tiempo a mi lado. Cuando estamos juntos solemos desentendernos del trabajo por completo, únicamente nos dedicamos a pasar tiempo junto y a escuchar música mientras hablamos de nuestras vidas. Algunas veces solemos salir a algún parque o zona donde podamos entretenernos y realizar alguna actividad diferente. Recuerdo que la última vez que salimos juntos fue un día antes de irse de viaje de trabajo con el jefe, visitamos una pequeña feria que se estaba celebrando en el oeste de la ciudad y comimos varias cosas, lo más llamativo fue una mezcla de algodón de azúcar y helado ¡Estaba riquísimo! También solemos jugar videojuegos, cada semana me muestra un juego nuevo que descargó en su teléfono, en esa tienda solamente encuentro juegos aburridos o muy casuales, no sé qué magia hace para encontrar tales joyas. La pasamos increíble estando juntos. Jamás había tenido un amigo tan bueno como él, y jamás hubiera pensado encontrarlo en el trabajo. Apenas llegué a casa me senté en el sofá, me sentía muy cansada y pensé que debía descansar antes de cambiarme de ropa, pero recién me percato de que he estado viendo el reloj de mi pared por al menos media hora. Vaya, creo que ya no soy consciente del tiempo, a veces me sumerjo tanto en mis pensamientos que pierdo la noción de la realidad. En otras noticias, mi paraguas no pudo con la fuerte lluvia y estoy empapada de los pies a la cabeza, no puedo seguir perdiendo más tiempo y debo bañarme ahora mismo si no quiero resfriarme, aunque Rufer mencionó algo alentador: la lluvia no enferma -aunque la seguridad con la que Meredith lo dijo me hace dudar-. Me hubiese gustado que ella no lo hubiera interrumpido, así hubiera podido escuchar la explicación de por qué la lluvia realmente no enferma, ahora tendré que buscarlo por internet. ¿Debería buscarlo ahora mismo? No, no puedo continuar distrayéndome. Oh, también debo hacer la cena, ¿qué podré preparar hoy? Hasta ahora no me había dado cuenta de lo hambrienta que me siento, así que pronto tendré que ponerme en ello. Puede que busque alguna receta por internet, pero tampoco puedo buscar algo muy elaborado por más que me gustaría porque… soy un desastre. Sí, llevo tres años viviendo por mi cuenta, sin embargo soy terrible cocinando. Nunca había tenido interés en la cocina hasta que me fui a vivir sola, nunca caí en cuenta de que al ser independiente debía cocinar mis propios platillos. Pensaba que era un talento que podría desarrollar viviendo sola, pero no fue así. Hasta ahora he vivido a base de comidas… comestibles. Al inicio me sentía muy inspirada y buscaba muchas recetas por internet, no obstante a veces me pasaba -o faltaban- las medidas adecuadas. El ser tan descuidada no ayuda en nada. En las peores ocasiones se me ha quemado la comida. Pero para prevenir el peor de los casos, cuento con un extintor dentro de uno de los gabinetes de la cocina, nunca he estado cerca de incendiar la comida -o el departamento- pero nunca está de más tener uno. Para evitar continuar fallando en el intento, terminé optando por comidas sencillas pero igualmente sanas, como hotcakes, smoothies o ensaladas. De vez en cuando compro comida rápida, sin embargo no soy una gran fan de ese tipo de comida. Por otro lado, algo que amo comprar son los panecillos de coco de la panadería que se encuentra al frente del edificio donde vivo, suelo acompañarlos con un café late. Simplemente delicioso. Por suerte, en este asunto de la cocina no todo está perdido. Sean es un gran cocinero, no es un chef profesional, pero esto simplemente se le da bien. Él y yo somos todo lo contrario en cocina. Por lo que de vez en cuando se dedica a enseñarme a cocinar. Siempre suele decirme que si algo se me da mal, debo seguir tratando sin importar qué. Cada que comenta eso yo me siento estupendamente motivada, pero la motivación se retira cuando veo el resultado de lo que cociné. No obstante, es cuestión de ponerle la dedicación adecuada, si no fuera por sus diez clases de cómo hacer hotcakes, estos aún se me quemarían. Esto de cocinar mal es muy cómico, porque mi padre es un chef profesional. Me arrepiento de no haber sido consciente antes de que no tengo talento en la cocina, le hubiese pedido que me enseñara a cocinar como él -aunque no sé si lo lograría de igual forma…-. Estaba bien intentar. Ahora que lo pienso, no les he escrito a mis padres en mucho tiempo. Me gustaría visitarlos, sin embargo ahora mismo es una misión un tanto complicada. Ambos se encuentran en el país natal de mamá, ya que papá le apareció una gran oportunidad de trabajo allá. La última vez que los vi fue un poco antes de que se fueran del país, vinieron a visitarme y me dieron la noticia de sorpresa. Me sentí muy alegre por ellos, después de todo, no siempre te dan grandes oportunidades de trabajo y mucho menos en el exterior. Pero no voy a mentir, los extraño muchísimo, extraño verlos. Este sería uno de esos fines de semana donde podría visitarlos, ya que no tengo trabajo extra. Hablando de esto, me hace caer en cuenta de que tendré mucho tiempo libre y debo aprovecharlo. Tampoco me gustaría tomar mi tiempo libre y hacer algo que me mantenga ocupada, únicamente quiero descansar. Necesito descansar. Estos días he estado demasiado ocupada, menos que lo usual a decir verdad. Quizá más que un descanso físico busco un descanso mental. Puedo relajarme de muchas maneras, pero tengo que encontrar una forma eficaz. Podría relajarme con mi mascota si solamente tuviera una, es una lástima que en el edificio no las admitan, me gustaría tener un gato. Cuando era pequeña, en casa vivía el gato de mamá, era un gato gris de unos 13 años, fue su única compañía por mucho tiempo, a todas las personas que venían de visita mamá solía contarles la historia del gato. Posiblemente, mañana vea una película o alguna serie corta, también puede que juegue videojuegos. O quizá podría sentarme en mi pequeño balcón a contemplar la ciudad. Aunque esta no es nada relajante. Quizá si viviera en el campo las cosas fuesen diferentes, allí podría relajarme con las vistas. Sin embargo los únicos que viven allí son mis abuelos, jamás los he visto. Además, de seguro allá si se pueden tener mascotas libremente. En estos días puede que les pregunte a mis padres acerca de ellos, espero que con toda la carga del trabajo no se me olvide esto. En fin, no sé qué hago planificando formas de relajarme, ya mañana encontraré una. Igualmente, lo más probable es que el día de mañana únicamente duerma todo el día. No… realmente no puedo. Debo escribirle a Sean, me hace sentir mal que Rufer me haya dicho maleducada por tardar en responder su mensaje -y tiene razón-. Mañana sin falta le escribiré, lo haría ahora mismo, pero mi teléfono se quedó sin batería. Es otra cosa que tengo que hacer hoy, ponerlo a cargar. Pero, ¿por qué Rufer tiene tanto interés en que le escriba a Sean? Y por sobre todo, pedirle que no olvide la apuesta. Quizá él únicamente tenía hambre en ese momento, porque de lo contrario, no veo la razón lógica por la que puede pedirme eso. Es decir, hoy me dijo que no le tenía paciencia a Sean y también suele decir que no soporta sus bromas -por más que a veces las devuelva a su manera-. A veces pareciera que Rufer no quisiera que lo relacionen de alguna forma con Sean, a pesar de que muestran una muy interesante química. Es un poco complicada la relación de ellos dos, a veces siento que la entiendo, pero por más que pienso en ello no dejo de sentirme confundida. ¿Y si…? No, no puede ser posible. No pueden ser hermanos perdidos, ambos son muy diferentes hasta físicamente. Sean es muy pálido y Rufer muy moreno, Sean está lleno de pecas y el otro no, uno tiene los ojos marrones verdosos y el otro no, hasta sus estilos de cabello son muy diferentes el uno del otro. Y ni hablar de la gran diferencia de estatura. Quizá hayan sido muy cercanos en otra vida. Ahora que lo pienso, no tengo el número de Rufer, ahora que parece que nos estamos haciendo más cercanos me gustaría también poder hablar con él por teléfono. Aunque parece una persona muy ocupada, quizá solo atienda llamadas importantes. No es posible… ya son las 9:30 pm. Y otra vez olvidé lo más relevante. Mejor tomaré un baño de una vez por todas.
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