Capítulo VIII

1748 Words
Me siento muy aliviada luego de haber hablado con Sean, a pesar de su agotamiento me alegra saber que se encuentra bien y no ha pasado nada fuera de lo habitual. Ojalá pueda venir unos días antes al que mencionó, pero se vale soñar. A veces el jefe suele extender la fecha límite de los viajes, no sé exactamente cuál podría ser el motivo. Creo que la semana que viene casi no tendré trabajo, cuando está por finalizar uno de los viajes es cuando menos documentos debo redactar o revisar. Es como una especie de ilusión, ya que al volver el jefe el trabajo vuelve a ser tan cargado como lo era antiguamente. Me gustaría aprovechar esos periodos relativamente libres junto a Sean, pero cada que los hay él se encuentra de viaje. Si yo a veces me encuentro cargada de trabajo ¿cómo se sentirá él? Considero que será un tema que le preguntaré más adelante. Hablando de temas de conversación, siento que he olvidado un detalle, así que debería releer la conversación para encontrar qué es lo que me hace sentir así. Ya veo… olvidé comentarle acerca de la carta, ya podré comentárselo cuando vuelva de viaje, quizá si se lo cuento ahora estará planificando la visita a mi casa y no quiero que se desconcentre. Aunque no todos piensan de la misma forma en la que yo lo hago- y mucho menos se desconcentran con tanta facilidad-. Hoy es sábado, así que me gustaría dedicarme a ver una serie o solamente ver videos aleatorios por internet, no obstante ahora hay un factor que no me permite relajarme y es el hecho de que mi departamento se encuentra muy desordenado. Tengo muy poco tiempo para realizar mis cosas, así que a veces no tengo tiempo -o la energía- para organizar el departamento -y mi vida-. Hablando de eso, actualmente me siento como si siguiera mi vida por inercia, como si de alguna manera todo estuviera organizado por alguien más y yo únicamente sigo sus planes. No me gusta ese sentimiento ¿cuándo tendré la libertad para ejecutar las actividades que deseo? Realmente anhelo vivir una vida donde pueda sentirme libre y no presa en una celda de documentos que no influenciarán en nada en mi vida, solo me generan una gran cantidad de estrés. Me pregunto si el resto en la oficina se sienten de la misma forma en la que me siento yo. Hablando de los miembros de la oficina, un punto interesante a destacar es que Sean es la única persona que suele sonreír en la oficina. No pierde el carisma a pesar de la situación. Admiro mucho esa cualidad. No puedo decir lo mismo de mí, probablemente mi carisma ahora es tan monótono como mi vida. No creo que sea justo sentirme tan cansada siendo tan joven. Además, aún no se me ocurre alguna carrera que quiera estudiar, cada día estoy más cerca de confirmar que nada me gusta. En internet a veces suelo hacer tests de orientación vocacional, lejos de ayudarme solamente me hacen sentir confundida. Aveces me salen resultados como educación, administración o ciencias como biología o medicina, esa última es la que suele aparecer con más frecuencia. Sin embargo, estas carreras no me llaman la atención. No pienso tener la suficiente vocación y paciencia para dedicarme a enseñarle a alguien algo, con respecto a la carrera de administración podría decirse que ya me dedico a eso y no me gusta como para vivir de ello, y ni hablar de alguna carrera de ciencias, requieren mucha memoria y habilidades prácticas y a mí se me olvidan las cosas al instante, además de que suelo ser muy torpe con mi cuerpo. Por suerte, mis padres no me han presionado con esto -ya es suficiente con la presión que ejerzo sobre mi misma-, quizá es porque ambos no fueron a la universidad, pero a pesar de todo lograron ejercer una profesión. Bueno, papá técnicamente si estudió lo que se dedica actualmente, no obstante, no lo hizo a la edad usual de entrar a la universidad. Considero que es importante destacar que ambos no entraron a una carrera universitaria porque ambos provienen de pueblos muy rurales donde no había universidades y tuvieron que mudarse a un sitio lejano para trabajar -es una gran casualidad que ambos tengan historias muy similares-. Por mi parte, mi historia es todo lo contrario a la de ellos. Una chica que nace en la ciudad y vive toda su vida allí, trabaja en un sitio aburrido y ¿luego qué? Me siento tan afligida que olvidé por completo que debía ordenar, cosa que a su vez me hace sentir aún más afligida. Posiblemente sea un ciclo sin fin. Debo moverme si quiero realizar otras actividades hoy. Mientras me acerco a la repisa de la sala puedo apreciar la cantidad de cosas que tiene encima. Agradezco que sea resistente, si no ya se hubiera caído del peso. Entre las cosas más importantes que hay encima se encuentran varios marcos con fotos familiares, un peluche de la mascota de la panadería donde trabajó papá cuando era joven -peluche con el que solía dormir cuando era pequeña-, dos pequeños cactus que me regaló Meredith, mi vaso con lápices y otros útiles, papeles viejos de los que debo deshacerme y también un velón con olor a vainilla. Y ahora estará Owl. Solo debo retirar esos documentos antiguos de la estantería y mover el resto de cosas a un lado. Pero primero, me gustaría revisar qué tipo de papeles podría haber, no pienso que haya nada relevante, pero me gustaría cerciorarme de ello primero. Tomé el manojo de hojas con mis manos y me senté en el sillón, procedí a darle una ojeada a cada documento. Se puede apreciar recibos de servicios, documentos mal impresos de la empresa por fallas de la impresora, una hoja manchada con la parte de abajo de una taza de café, otra hoja con rayones de bolígrafo -supongo que alguien estaba probando si aún tenía tinta-. Lo más llamativo -pero a su vez no muy interesante- es la hoja que te entregan al entrar a la empresa, habla de su horario de entrada, hora de almuerzo y horas libres -que parecen inexistentes- y su hora de salida. También hablan del uniforme, el cual es bastante aburrido. Consiste en una camisa beige con el logo de la empresa del lado izquierdo y el resto de la ropa debe ser negra o marrón oscuro -a excepción de los zapatos que pueden ser blancos-. Cuando entré a la empresa esta regla era menos flexible por lo que solamente podías usar pantalón y zapatos negros, no se permitía estilizarlo en absoluto, por suerte ahora sí se puede. Suelo acompañar la camisa Beige con un blazer y pantalón recto n***o junto con zapatos deportivos blancos. Adicional a ello suelo usar una cadena de plata que me regaló mamá al independizarme. Bueno, ya llevo muchísimo tiempo en la empresa así que ya tengo claras las reglas, ya no necesito ese documento. Aunque ahora que quité ese de la pila de hojas, apareció algo que sin duda toma mi atención por completo. Se trata de una especie de documento que me dio Sean al entrar a la empresa. Al entrar por primera vez a trabajar, me pareció muy interesante que tuvieran una máquina de café dentro de la oficina, pero lo más interesante se encontraba al lado de ella, tres tazas decoradas. Era imposible no verlas porque eran muy llamativas. Este “documento” eran las especificaciones para conseguir mi taza redactadas por nada más y nada menos que por Rufer, ya que al parecer existe un código en la oficina -y supongo que solo en esa oficina- acerca de las tazas de café. Las especificaciones no son nada serias, por lo que crea un gran contraste con la imagen que suele dar Rufer. Agradezco mucho a mis compañeros que desde el primer momento me incluyeron dentro de su grupo. Sí, todos somos bastante herméticos a nuestra manera, pero a pesar de todo hacemos un gran equipo. Esta es la única hoja que voy a conservar, el resto van a la basura. Al deshacerme de esos documentos ya tengo el espacio que necesito para Owl. Cualquiera que entre a casa se sentirá muy asombrado por tal figura. Su presencia en madera es realmente imponente ¿cómo se habrán sentido quienes lo vieron en la vida real? Deleitados por tan magnífico ser, de seguro. Ahora que lo pienso, no sé por qué tenía esa pila de hojas acumuladas en mi departamento, no era consciente de que solía ser tan descuidada hasta ahora. Diría que me da vergüenza que hayan visto mi desorden, sin embargo la única persona que ha venido a mi departamento durante estos tres años ha sido Sean -y mis padres una sola vez-. Además, él suele ayudarme a ordenar. No es como que él sea una persona realmente ordenada, pero le gusta mucho ayudarme con los deberes del departamento. De vez en cuando suele perder sus cosas aquí, como sus llaves o su teléfono, usualmente terminan en sitios bastante interesantes como debajo de la cama o en la cesta de la ropa sucia. Una vez trajo un manojo de cartas porque quería enseñarme unos trucos de magia que aprendió viendo videos por internet, pero el mismo día los perdió en mi departamento, no le dio mucha importancia y decidió irse a casa. Esa misma noche me dediqué a lavar los platos, entonces encontré las cartas dentro del gabinete donde se guarda la vajilla. No sé si era parte del truco de magia o si la cuestión es que sus cosas tienen magia propia y se teletransportan por todo mi departamento. Otra cosa que perdió fue unos calcetines que compró en su último viaje en una ciudad costera al este de la región, los trajo para enseñármelos unos días antes de irse de viaje, pero los perdió en mi departamento. Los conseguí el mismo día que comentó que perdió el reto, estaban entre los cojines del sillón, cuando vuelva se los devolveré. ¿Será igual de descuidado en su departamento? A veces me gusta pensar que su descuido solamente es una de sus formas de jugar conmigo, sin embargo parece bastante genuino. Ahora que lo pienso, jamás he visitado su departamento, cuando vuelva le preguntaré si un día le gustaría que lo visite, pienso que es una actividad diferente. Sería interesante ver como vive Sean.
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