—¿Tienes planes para esta noche, cariño? Puse los ojos en blanco, apretándome el teléfono contra la oreja, intentando mantener el autocontrol. Silvia no ha hecho nada para que me caiga mal, en realidad es muy dulce y amable conmigo. Simplemente, tiene algo que yo deseo mucho. O mejor dicho, alguien. Oír su voz aguda y molesta, imaginármela mientras Alejandro la penetra como si su vida dependiera de ello, me hace hervir la sangre. —No, ¿por qué?— le pregunto con mi voz más dulce mientras me reclino en la silla y miro a mi alrededor. —Alejandro y yo vamos a tener una cita esta noche, Ava necesitará ayuda con Gemma, y vi que te gusta mi hija así que me preguntaba si podrías cuidar a Gemma por unas horas. Puse los ojos en blanco, contenta de que no pudiera verme. Durante el poco tiempo q