Jonathan Jung me dijo que lo viera en Tilt, un atractivo bar donde había una gran variedad de juegos en los cuales se podía pasar un rato agradable, además, de ser un sitio donde se podía tomar unas de las mejores cervezas artesanales de la ciudad. Sin duda alguna, el coreanito tenía buen gusto en cuanto a elegir bares se trataba. Dada a mi amplia experiencia en visitar sitios así, podía decir que este era uno de los mejores. Me siento frente a la barra y levanto una mano para pedir una cerveza artesanal mientras me dedico a esperar a Jung Kan. En la mañana, Gabriela me había llamado, indicándome que nuestro cliente necesitaba verme, lo que me provocaba algo de intriga al no saber qué era lo que deseaba. Llevaba dos semanas completas trabajando en la agencia de su hermana, y, podía dec