Capítulo 2

1809 Words
Sofía Pov Después de mucho tiempo, hoy iríamos a la playa en familia. Es muy emocionante, ellos casi nunca tienen tiempo y esta vez sí. Ha sido muy rápido, pues mis padres han entrado a la habitación y me han dicho "Iremos a la playa", al principio pensé que era de negocios y me negué a ir, prefería quedarme durmiendo más, pero ellos insistieron que no es así, es un viaje familiar. Aunque nos hacemos en el auto dos horas pues el chófer conduce lento, pude dormir un poquito más, no me siento al cien, pero tampoco tan mal como cuando me despertaron. Vamos al hotel, muy lindo y grande con muchos pisos y nos alojamos en el cuarto, al parecer, pasaremos la noche aquí. -Bien nena, te quedas aquí, nosotros regresamos enseguida- dice mi padre acariciando mi cabello. -¿A dónde van? -Una junta, es rápida. -¡Fue mentira!, No vamos a pasear, solo me trajeron para hacerla de familia feliz. -Baja la voz- dice mi madre- es un rato... Mira, para que no te aburras ve a la playa, está muy cerca. No olvides el bloqueador. Me enojo y los dejo hablando solos, voy a las maletas para sacar todo lo necesario, toalla, bikini, bloqueador, la sombrilla... Aunque sea voy a aprovechar a meterme un rato al agua, mentirosos. Bajo y me encuentro con el mar de frente, sus colores son mágicos. Pongo la sombrilla y la toalla para acostarme un rato. Mi celular tiene la mejor cámara, aprovecho para sacarme las mejores fotos y subirlas a i********:. De pronto, un mocoso estúpido de mi edad me da un pelotazo. -¡Eres idiota! -Oye, lo siento amiga, estábamos practicando... -recoge la pelota el castaño- no compensa nada pero... ¿Quieres jugar?, Necesito a alguien en mi equipo, no está equilibrado. -¿Crees que voy a jugar con unos subnormales que no saben ni tirar recta la pelota? -Uff, bueno, eso es un no. Se va el chico y veo como está jugando con dos tipas más... ¿Vale la pena quedarme acostada o mejor voy a jugar? Me paro y le quitó la pelota. -Te voy a enseñar a lanzar. El ríe y hago el primer tiro. Después de varias horas jugando me entero que dé tienen que ir, bueno, fue como cuando hacer amigos en la alberca y se van, no vuelves a saber de ellos pero fue divertido. Regreso para acostarme debajo de la sombrilla y cuando busco mi celular no está. Genial, me acaban de robar mi celular. Lo busco desesperada y veo como hay un bulto en cuclillas junto a mí. -¿Buscas esto? Es el señor de ayer, joder, sus ojos se ven más azules que grises, imagino que es la iluminación, me distraigo con sus ojos y el sonríe un poco. -Sí, es eso... ¿Me lo regresa por favor? -Claro- me lo da y se sienta a un lado de mí. -¿Por qué lo tenía usted? -Decidí guardártelo mientras jugabas, no sé por cuando tiempo estuvo solo tu celular, llegue casi cuando tus amigos se fueron. -¿Cómo sabía que estaba aquí? -Saliendo de la reunión tus padres hablaban sobre el berrinche que hiciste cuando te enteraste de que era un viaje de trabajo y que te dejaron venir para tenerte contenta entonces me preocupe, no tienes la edad para estar sola... también hablaron sobre  unos zapatos que piensan comprarte por hacerte pasar un mal rato, es una sorpresa... ups, se me ha salido- se acuesta a un lado de mí, no invade mi espacio personas que mide exactamente lo de la toalla que esta de bajo mío. -Está ensuciando su traje por acostarse en la arena, debería cambiarse. -¿Deseas verme en traje de baño? -¿A qué se refiere? -Nuestras conversaciones se basan en puras preguntas, pero ahora me gustaría que tú respondieras. ¿Qué pasatiempos tienes?, aparte de correr por la noche descalza con un vestido fino y caer sobre el lodo. -Comer paletas que me regalan extraños al verme caer,  es otro- digo viendo la playa- pero no sé porque pienso que eso ya lo sabía. -¿Te has portado como una buena niña y haz cumplido tu parte del trato? -Yo, pues si... ¿Usted le ha dicho algo a mis padres? -Claro que no, he creído en ti desde el principio, corazón. -¡Sofía!-escucho la voz de mi madre y brinco pero el permanece muy tranquilo acostado junto a mí. -Mmm... Ojalá un día podamos seguir con nuestra entretenida plática, tal vez hoy en la noche... Hay una cena y será al aire libre. -Tal vez lo vea al rato. -Estaré más que complacido en encontrarla. Mi mamá se asoma por debajo de la sombrilla, y ve al señor acostado. -Señor Madox Grimaldi, que sorpresa. -Clarisse de Hume, también es una sorpresa. -Veo que ya conoce a mi hija. -Sí, aunque la imaginaba un poco más pequeña, hablan de ella como si asistiera al kinder. -Muchas veces así se comporta. -¡Madre! -Es una broma hijita, bueno despídete del señor Grimaldi. -Hasta luego Clarisse y adiós Sofía. Me despido con la mano y salgo caminando con mi madre, volteo y veo como el también voltea para verme nuevamente. Es un señor muy extraño. Me he bañado y arreglado para ir a la dichosa cena un vestido también de encaje pero n***o y tacones igual, esos eventos me aburren mucho, de una forma extraña, quiero ver al señor Madox, hay algo de él que me atrae y se ve que le agrado, aunque sea le parezco tierna y puedo aprovechar eso para estar con alguien y no aburrirme. Tengo un nudo en el estómago mientras bajo las escaleras, mis padres van más adelante de mí y están casi por llegar a la gran carpa que está montada en la arena, pero los tacones me impiden correr. Al fin los alcanzó y me empieza a presentar con varios ancianitos, siento que me presentan a los mismos 5 veces. Hasta que veo al señor Grimaldi dejo de aburrirme, recuerdo como estaba acostado junto a mí en la arena, bajo mi sombrilla... Mi sombrilla, la toalla, el celular, puta madre, todo se me olvidó. -Papá, tengo que ir al baño- le digo bajito, el asiente y le dice algo a mi mamá, me levanto y hago como si fuera al baño del hotel. Apenas salgo me quito los tacones para correr. Voy donde recuerdo que había puesto las cosas pero oscuro es muy difícil distinguir si estoy en el mismo lugar. Veo a todos lados y no hay rastro de nada, el problema no es el dinero, sino que mis padres siempre dicen "odiamos gastar por que seas tan descuidada", siempre tienen que reponer mis cosas pues todo olvidó. -Eres una niña muy descuidada, si no me hubiera quedado ahí, se habrían robado tus cosas. Volteo a ver al señor Madox. -¿Usted las tiene? -Claro, las guarde en mi habitación, no puedo creer aún que las olvidarás. -Mi mamá me puso nerviosa, mucho y pensé que tal vez me regañaría por estar en la arena junto a usted. -¿Solo tú mamá te puso nerviosa? Asiento pero en realidad no, él también me pone muy nerviosa, hace que mi corazón se acelere, como cuando como mi postre favorito o veo a un chico que me gusta. -Ahora mismo estás muy callada ¿No te gusta mi compañía? -No es eso, es gratificante tenerlo a mi lado. -¿Entonces qué ocurre? -Aun no entiendo porque me busca tanto, no me da desconfianza pues conoce a mis padres, pero al mismo tiempo creo que esto no tiene sentido. -Lo tiene- toma mi mano y hace que caminemos unidos por los brazos, cada vez nos acercamos más a la playa- Solo tengo la necesidad de cuidarte, tal vez la primera vez que te ví no fue la mejor, pero tú sola te haces daño, te ves frágil y sinceramente no quiero que te lastimen. -Apenas me conoce señor, ¿Por qué se encariñaría? -Tus ojos son muy bonitos, irradian pureza, inteligencia pero también incredulidad... Me molesta que tus padres te tengan tan consentida, eso hace que seas muy mimada, te dan lo que quieres y siempre quieres estar sola por lo que veo. Alguien como tú necesita que la cuiden. -¿Usted se siente atraído por mí?- joder, ¿Qué he dicho? -¿Y quién en su sano juicio no? Paro un poco y veo como me mira fijamente, veo a la playa y nuevamente a él. -Como dijiste que tal vez te vería hoy en la noche, me tomé la libertad de traerte esto- me da una paleta rosa idéntica a la de ayer- espero también la disfrutes. -Creí que se las daría a mis padres- digo abriendo la paleta para comerla enseguida, pues recuerdo el buen sabor de la anterior. -Eso dije, pero después de darme cuenta que dártelas una por una sería un buen pretexto para verte, preferí quedármelas. Volteo varias veces a la carpa nerviosa de que mis padres me vean caminando con este hombre del brazo, pero no sucede, de hecho, ya me ausente por mucho tiempo y no me han buscado, eso es raro, la junta debe ser muy entretenida o están conociendo nueva gente que les ayude en la compañía. -¿Siempre que nos veamos planeas estar descalza?- dice viendo mis pies. -Yo, no... Salí corriendo por mis cosas, pero casi no puedo caminar con tan grandes agujas. -Se me hacía raro encontrar unos tacones tan altos y finos tirados en medio de la arena... -Disculpe mi pregunta, pero ¿a su edad no se supone que ya debería estar casado y con hijos? -No me apetece casarme aún y si puedo ser un papi, pero diferente a lo que conoces. Trato de preguntar a qué se refiere pero me abraza por la cintura, baja su rostro hasta mi pues apenas y puedo alcanzarle el cuello sin mis zapatos, me quedo sin aire y de pronto el ruido de las olas se hacen más presentes cuando roza su nariz desde mi mejilla hasta la punta la de mía, no puedo moverme de la impresión. Sin más, se acerca y junta nuestros labios.  Su sabor es adictivo, bastante, sabe bien como besar. El conjunto de sus ágiles labios con el sabor a menta y mi boca aún dulce por probar aquella paleta puede llevarnos al desastre. Mueve sus labios de la forma más lenta torturándome, cierro mis ojos y cuando él se separa sin dejar de abrazarme juntando nuestros pechos los abro. Me ve muy atento, sonríe mientras me aparta un poco y hace que caminemos tomados de la mano. -Hermosa Sofía, eres un sueño.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD