Leonardo se ofreció a llevarnos al restaurante y pidió a uno de sus choferes que nos llevara, el camino fue bastante incómodo para Carolina, Gabriel y yo, ya que ni siquiera hablamos durante todo el camino, porque Harold no paró de hablar en todo el camino, le pasó hablando a Leonardo de toda su experiencia con otras empresas, de sus títulos y de como logró ser un alumno distinguido en su universidad. -Harold actúa como si le estuvieran haciendo una entrevista de trabajo – murmuró Gabriel. - Creo que el señor Spinter ya está aburrido de escucharlo – dijo Carolina riendo por lo bajo. Para nuestra suerte llegamos al restaurante, todos nos bajamos de la camioneta, Harold y Leonardo iban al frente y yo caminaba detrás de ellos, Harold le abrió la puerta para que Leonardo entrara y él estab