… Kesar Stepanov El hijo de puta de Vilen se burla de mí y no feliz con pedir unos rublos, me cuelga la llamada. Tengo en mano las dos notas que me dejaron por secuestrar a mi hija. La primera fue tan amable en dejársela a mi imbécil guardaespaldas y el mensaje era el mismo. La jefa te envía saludos desde Londres. La otra estaba en una libreta del psicólogo de Rina y puesta para que la encontrara. No sirvió de nada tenerla con los mejores guardaespaldas e intentar que se tratara sus mierdas. Mi hija lleva tres malditos años en silencio. Lo peor es que cada vez que me acerco se altera. He optado por no visitarla y esperar por su pronta recuperación. Sin embargo, extraño a la niña de papá. Rina Kesarovna corría a mi llegada y siempre peleaba por mi atención. Y eso lo extraño. Mis manos