Eso hizo que le arrebatara la pistola a Vilen y disparara cerca de Dunya. —¡Güey, no mames! —la chica pronunció en un perfecto español. La vislumbré negando con la cabeza y su cola de caballo se movió con el vaivén—. Tienes mala puntería —se burló de mí la perra hablando en inglés de nuevo y sonrió con sarcasmo—, Dunya, qué vergüenza de hermana tienes —la escopeta se dirigió hacia Dunya y puedo leer que ella no fallará—. Debiste entrenarla en vez de estar dando problemas. La mujer definitivamente no es de Rusia. —Una mexicana nos da la bienvenida a Grekh Kapital (La Capital del Pecado) —comentó Vilen y ha conseguido que los ojos marrones oscuros de la latina lo observen divertidos. —Para ser más específicos de Zacatecas —movió el cañón del arma directo a Vilen. —Disculpa la interrupci