—Encantada, sorpréndeme —decido jugar con mi hombre oscuro y demostrarle que no me derrumbaré—, una cita después de derramar sangre vendría bien, ¿no crees? Se endereza y ladea la cabeza inhalando la nicotina. —Me esforzaré y borraremos ese mal recuerdo en Peniki. —Vilen cierra el ojo con un guiño coqueto y sonrío a gusto. Mi hombre oscuro besa tiernamente cada lado de las comisuras de mi boca y de pronto siento un escalofrío. La horrible sensación de perderlo me embarga y disimulo agachando la mirada en el cuaderno. Mis dedos muevo rápido por las hojas, ignorando los dibujos de paisajes y personas desconocidas. Vilen no abre la boca y menos por mi parte. Casi al final encuentro la carta de Yakov y mi cuerpo se ha encrespado. El frío penetra mi cuerpo y me tomo mi tiempo para subir e