Jujitsu recogió la chaqueta del suelo y ha sacado la foto. La camisa blanca pasó por detrás de su cuello y examinó la foto. —Son dos copias —susurró Jujitsu y volteó la foto para que la veamos—. Una foto puede hablar y en esta grita el amor —alargó la mano dándome la foto y la guardé en el pantalón. —Lo primero que percibes era su felicidad —concordé. —La chica arisca podrá salir adelante con tu apoyo —Hernán afirmó y colocó la chaqueta en la cama. —El dolor de perder y en solitario nos hace vivir del odio —agrega Gregori—. Las personas alrededor nos aportan vitamina y esa chica grotesca si nos permite, sobre todo tú la salvaremos —asentí—. Retomando el tema de la chaqueta —el Gigante rompió el rollo triste de las Bykova—, no hagas tanto escándalo —el Gigante se acercó campante y le la