Capítulo 4

1561 Words
Paso cerca de la pequeña cocina para los empleados debido a que debo verificar que todo se encuentre orden en este hotel, ni siquiera me puedo confiar de los gerentes; unas fuertes risas se hacen presentes al igual que mi nombre salir de la boca de un hombre el cuál ni siquiera conozco. Me acerco para darme cuenta de que hay un pequeño grupo del personal riéndose, tomando café y disfrutando donas glaseadas. -Deberían dejar de hablar mal de la jefa-comenta una mujer de cabello oscuro y lacio con cierta preocupación. -¿Por qué? Ella no sería capaz de bajar hasta aquí-comenta un hombre rubio con diversión. -¡Exacto! Ella tiene todo. ¿En verdad crees que le importamos?-comenta una mujer castaña, puedo notar como la pelinegra solo hace una mueca de disgusto. -Lo que yo creo es que debería buscar a alguien que tenga relaciones con ella, muy duro, solo así se le quitara su mal carácter. Las risas se hacen presentes de nuevo, la voz de otro hombre se atreve a decir eso de mi, tras mi espalda. Esa es una de las razones por las cuáles odio a los hombres. -Creo que ni con todo el dinero, algún hombre podría cogerla. La voz de esa hombre se hace presente de nuevo al igual que las risas, llegue a mi limite, por el rabillo de mi ojo me doy cuenta como varios empleados me observan enojada y solo se limitan a retroceder. Con brusquedad abro totalmente la puerta. El sonido alerta al pequeño grupo conformado por seis personas. Ellos se sorprenden e intentan decir algo. Pongo mis manos sobre mis caderas, mi pecho sube y baja con fuerza. -Así que debo buscar a alguien para que me coja duro. Ustedes son unos hombres que no merecen llamarse así. ¡Son unos cobardes! Mi vida s****l es privada y no debe ser escuchada para los demas. Todos intentan disculparse por lo que han dicho sobre mi. Hago un ademán para que guarden silencio, me acerco a ellos y solo les comento: -Están despedidos. Me alejo de ese lugar sin mirar atrás los demás empleados se hacen a una lado, mientras los otros intentan llamar mi atención. Oprimo el botón del ascensor y le pido a los guardias que se cercioren de que recojan y se vayan de la empresa. Una vez que el ascensor llega a mi piso salgo de este molesta, hasta que me encuentro con mi asistente quién corre detrás de mi pisandome los talones. -Señorita Marshall. Ha pasado una semana desde que fui al psicólogo, ya que mi abuelo me insistía y me regaño por salirme de mi cita antes de tiempo, incluso el doctor Anderson me dio una solución para no explotar con las personas, pero estos me obligaron a no realizar dicho procedimiento. ¡Maldita sea! ¿Quiénes son ellos para meterse y hablar de mi vida privada? -Señorita Marshall. Le envié a su correo la lista de todos los inversionistas a los que se van invitar para la gala de beneficencia. -¿Has escuchado algo sobre mi? -Si, que es una de las empresarias más influyentes de toda Nueva York.... -¡De eso no! ¡Maldita sea! Me refiero a que si has escuchado que los empleados han hablado cosas de mi a mis espaldas. -Me temo que no señorita Marshall. En primera, siempre me la paso aquí y tengo mucho trabajo. En segundo lugar, ustede me manda ha realizar trabajos fuera de la oficina. -Entiendo. Acabo de escuchar a unos empleados hablar mal de mi. Los tuve que despedir. Y si se les ocurre subir aquí, diles que mi decisión esta tomada. Y averigua quién más ha estado hablando mal de mi en este hotel. -Si entiendo. Enseguida me pongo a investigar. ¿Necesita algo más? -Con respecto a la gala, se que tenemos demasiado tiempo para prepararla, pero quiero avanzar, el hotel de Seattle es dónde se realizará el evento. Investiga los mejores restaurantes de ese estado y verifica cuál es el que tiene mejores reseñas. ¿Algo más que deba saber? -De acuerdo-comenta mientras escribe con rapidez en su Ipad -Si señorita Marshall, sus primos han estado llamando. -¡Con respecto a esos imbéciles no quiero saber nada!-comento elevando mi tono de voz- se supone que los tres debemos hacernos cargo de la cadena de hoteles y todo lo hago yo; pero bien que exigen el dinero que no les corresponde. -Entiendo a lo que se refiere señorita Marshall, también su familia le ha llamado quieren que se comuniquen con ellos lo más pronto posible. -Será después, tengo mucho trabajo que hacer antes que lidiar con todos lo de mi familia. -También el señor Thomas Rickford solicita una junta con usted-comenta mientras levanta su vista de la iPad. -Lo conozco por que es...investiga todo acerca de él. -¿Quiere que investigue a alguien más? Pregunta mientras leo el correo que me envió, conozco a varios empresarios pero me vista se dirige a un nombre en especial. -Andrew Olson-susurro. -Anotado entonces para... -No, no quiero que lo investigues, solo que no recordaba a ese hombre. No hay problema a quienes inviten, eso da igual-comento de mala manera mientras tomo un lápiz y lo giro entre mis dedos-ademas ese evento es para una buena causa. -Solo para recordarle que tiene una cita con su psicólogo dentro de tres horas. Andrew Olson ese hombre lo conocí hace varios años atrás y otra vez regresaba a mi vida, mientras no me lo tope frente a frente todo esta bien, la voz de mi asistente me hace salir de mis pensamientos. -Perdón ¿Qué decías? -Su cita con el psicólogo es dentro de tres horas, van a llamar para confirmar o cancelar, si se encuentra muy ocupada pue... -Confirma-comento fríamente mientras continuo con mi trabajo-Por el momento es todo, solo haz lo que te indique y en cuanto lo tengas me lo envías a mi correo; esto es algo muy privado. La mujer sale de mi oficina para realizar su trabajo muerdo el lápiz y la ansiedad se hace presente, rompo en dos el objeto entre mis manos para proceder a tirarlo con molestia sobre el escritorio; me levanto para dirigirme a mi baño personal. ****************************************** Jhon Miller y Thomas Rickford han confirmado que asistirán al evento en Seattle de la cena de beneficiencia junto a sus respectivas parejas. Otras familias y empresarios también han confirmado su asistencia, pero me interesa más tener una buena "amistad" y asociarme con los dos hombres anteriores. Los tres ganaríamos bastante en una colaboración juntos. Intento reprimir mis ganas de gritar cuándo me doy cuenta de que Andrew Olson ha confirmado su asistencia, intento tranquilizarme y recordar que no tengo voz y voto en ese evento debido a que; solo rentaron el hotel. Recuerda separar lo personal de lo laboral Andrea. Ingreso a la oficina de mi psicólogo y su asistente se levanta con un poco de temor, me quito mis anteojos y solo la miro seriamente. -Buenas tardes vengo a mi cita con el doctor Anderson. -Buenas tardes señorita Marshall, en un momento pasa, puede tomar asiento si gusta. -Gracias-intento no sonar tan indiferente, pero sale todo lo contrario. Estoy a punto de sentarme cuándo varias voces se hacen presentes y lo observo salir junto a una familia, quienes limpian sus lágrimas. Para después despedirse de nosotros. El doctor Anderson se acerca a mi con su característica sonrisa. -Buenas tardes señorita Marshall es un gusto verla de nuevo. -Buenas tardes doctor Anderson. Espero que se encuentre muy bien - Debo admirar que me sorprende su tono de voz. ¿Se encuentra bien? -Estoy bien, bueno me acabo de enterar que una persona de mi pasado, asistirá a la cena de beneficencia que se hará en uno de los hoteles de mi familia. Por cierto le traje personalmente la invitación. Comentó mientras nos adentramos al pequeño pasillo para entrar a su consultorio. -Lamento no poder estar presente ahí. Tengo unos asuntos personales que atender, si le soy sincero ese tipo de eventos tampoco me gustan. -De todas maneras le dejo la invitación aquí, por si cambia de opinión-comento mientras pongo la invitación cerca de una mesita de centro. -Muchas gracias-carraspea-¿Cómo estuvo su mañana? -Escuche a algunos empeñados hablar de mi, comentaron que nadie sería capaz de cogerme o deberían cogerme para dejar de ser tan amargada en la vida. -¿Qué te hizo sentir eso? -Abrumada, molesta con esas personas, detesto que hablen mal a mis espaldas. Los despedí. ¿Hice mal? -No, me imagino que por política de tu empresa ningún empleado debe hablar mal de su jefe o trabajo. Me imagino que no pusiste en práctica el ejercicio para controlar tu ira. -No, no pude ponerlo en práctica, la ira me cegó por completo-comento apretando los dientes. -Por tu forma de actuar, y el tono de tu voz hay algo más que te molesta. -Mi familia sigue insistiendo en verme y contactarme. -¿Por qué no hablas con ellos? -Porqué solo quieren quitarme mi tiempo, mis primos ni siquiera hacen nada en alguna de las empresas, solo se limitan a extender el brazo para exigir dinero, creo que estan esperando a que mi abuelo a quién veo como mi padre muera para poder tener el control de todo.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD