Trato

2246 Words
Estoy jodida, estoy totalmente jodida. Mamá dijo que comenzó a practicar la brujería en cuanto se casó con papá, yo nací después, esto significa, que puedo ver fantasmas, pero jamás pasó antes, ¿por qué ahora? – Detente. ¡Aaaaaaaaah!, es aterrador – no te veo, no te escucho, no estás aquí. – Sí no estoy aquí, ¿con quién estás hablando? Yo – estoy hablando con el árbol – y eso fue lo más tonto que pude decir. Llegué al pozo, debo actuar como si no pudiera verlo, las almas errantes no son mi problema, si falleció y extravió su cuerpo es asunto suyo, aunque, es una pena, es bastante joven y siendo un príncipe apuesto a que debe tener un castillo, dinero, joyas, comida y agua sin tener que cargarla. Sí viviste una vida corta llena de riquezas no tienes derecho a quejarte. – Sé que puedes verme. No lo hago. – El destino de este reino, está en tus manos. Ja, ¡ja!, este hombre no era un príncipe, era el bufón de la corte. – Tienes que creerme, sí no me ayudas el archiduque Román Arsere asesinará al príncipe Frederick, como ciudadana de este reino es tu deber detenerlo. Lo que voy a detener es a él – mi deber es llevar agua a casa para que mi mamá se bañe, ese es mi único deber. – ¡Tienes que escucharme! – No tengo que hacerlo, escúchame bien, lo que hayas sido en vida no me importa, estás muerto ahora, ¡no lo dicen siempre!, en la muerte, todos somos iguales. Él suspira y yo continúo caminando. – Tus condiciones mejorarán, sí prestas este servicio al reino recibirás grandes recompensas – corre para adelantarse – el duque Román Arsere asesinó al rey y matará a sus sobrinos, no sabemos lo que le hará al reino, eres una ciudadana... – No lo soy – lo interrumpo para dejarlo en claro – las brujas, no son hijas del reino, alteza. Él se sorprende – eres una bruja. – ¡No era el príncipe más inteligente!, ¿cierto?, sí no lo fuera, no podría verlo. – Entonces, esa mujer era una bruja. Y ahora habla solo – debe haber una luz brillante por ahí, sígala y déjame tranquila. – No he muerto. ¡Qué idiota! – es un alma sin cuerpo, es la definición de estar muerto. – No lo estoy. No lo escucharé, pronto llegaré a casa y es apenas la primera cubeta, ahora una más, otra, ya casi voy a la mitad, una más. – ¿Por qué tardas tanto? Creí que mi mamá estaría dormida – lo siento, yo. – Trabajas lento. ***** – Lo siento, lo siento. – Mocosa buena para nada. Ella dijo que debía traer agua para su madre, ¡es esa mujer!, no deja de gritarle y de golpearla mientras tira de su cabello. – Lo siento, mamá. La mujer la empuja y la lanza al suelo, ahora que la observo con más cuidado, tiene golpes y moretones por todo el cuerpo, todos ellos con diferentes tonalidades y tiempos de curación. – Con eso es suficiente, ve a la tienda a conseguirme colorete, él podría venir en cualquier momento, no puede verme en este estado. Ella se levanta – sí mamá – y espera mientras la mujer se mira en el espejo – mamá, necesito dinero para comprar el colorete. – Mocosa, ¡todo tengo que hacerlo yo! – le grita y tira del cabello de su hija empujándola fuera de la casa. Ella cae al suelo y sus rodillas se raspan, tiene los ojos enrojecidos. – ¿Qué estás mirando?, ¡príncipe basura! Lamento haber presenciado eso, no fue mi intención avergonzarla. El mercado debe estar al norte, pasamos por aquí brevemente para llegar a la cacería y no presté atención, pero estoy seguro de que la distancia era larga y ella va a ir caminando, debe ser más de una hora de recorrido, además, no tiene dinero para comprar. Y su estómago está gruñendo. – ¡Ya deja de seguirme! – alza la voz – príncipe basura, dices que es mi deber salvar al reino, ¡mírame y dime!, ¿qué ha hecho este reino por mí?, el mundo no es el mismo desde sus pedestales, el resto de las personas tenemos suerte sí tenemos algo para comer. No me lo está diciendo a mí, está enojada porque fue golpeada sin razón – una persona me dijo hace mucho, llora lo que tengas que llorar y levántate. Sus ojos se humedecen y se cubre el rostro. Las cosas que son importantes para mí, mi familia, el destino del reino, la traición de mi tío, para ella la realidad es muy distinta – cambiaré tu vida – ella continúa cubriéndose el rostro – ayúdame y esta misma semana tendrás más dinero del que podrás gastar en toda tu vida. Se talla los ojos. – Oro, joyas, riqueza, te daré el diamante más grande de este reino y te convertiré en una noble. – No quiero – respondió demasiado rápido, mi oferta no ha terminado – detesto a los nobles, son brutos que piensan con el trasero y muelen la mierda con la cabeza. Eso, es anatómicamente imposible. – No quiero ser una noble. No haré preguntas – pon tu precio, dime lo que quieres y te lo daré – todos tenemos anhelos, hasta mi tío quien pensé era el hombre más recto tenía deseos oscuros. Sus ojos brillan – quiero comida. ¡Comida!, yo le ofrecí el diamante más grande y ella… – Ja, ¡debiste ver tu cara!, no te necesito príncipe basura, yo ya soy rica – corre lejos del camino, salta una barda de madera y brinca del otro lado, más adelante trepa por un árbol y corta manzanas – todo lo que necesitas, frutas, vegetales, carne – salta con la falda llena – todo está en el bosque. Manzanas, conchas y hiervas, tengo entendido que el terreno en rededor del camino principal tiene dueño, ella lo robó y ahora lo está vendiendo. – ¡Valeria!, buenos días, ¿cómo está tu mamá? – Hermosa, igual que todos los días. Su nombre es Valeria. – Es muy temprano, ¡qué niña tan trabajadora! – Todos los días. Y muy enérgica. – Valeria, cariño, te traje un poco de pan del que sobró esta mañana, toma uno para ti y guarda el otro para tu mamá. – Muchas gracias. Todos la aprecian. – Mi niña, hoy te vez tan hermosa, quiero un poco de manzanilla. – Gracias, señora, el precio. – Quédate con el resto, aliméntate bien y cuídate mucho. – Sí. Pensé que se había remangado las mangas para sujetar mejor las manzanas, lo hizo para que todos pudieran ver los moretones. Es astuta. ¡Maldita sea!, cada minuto que paso convenciéndola es tiempo perdido, hay tres familias que le son completamente leales a mi hermano, y si yo pude identificarlas, el tío Román también puede hacerlo, el mejor lugar para él en este momento es el extranjero, la isla de Malea no está muy lejos de aquí y hay barcos saliendo del puerto todos los días, ¿en qué estoy pensando?, mi tío ya debió pensar en ello, parecía que tenía todo arreglado, debe tener soldados esperando por mi hermano, no puedo quedarme aquí y no puedo arriesgarme a buscar otra bruja. Valeria es todo lo que tengo, debo hallar la forma de que haga todo lo que le digo. ¡Eh! Su expresión cambió, desdobla sus mangas para cubrir sus brazos, peina su cabello y agacha la mirada, de repente no quiere que la vean, ¿qué cambió? Hay una joven de cabello castaño claro con mechones rubios que camina en el centro, las personas se apartan para dejarla pasar y varios bajan la cabeza, ese gesto es común en los campesinos cuando se encuentran con un noble, pero, a juzgar por la ropa que pasó de moda hace tres años y los adornos exagerados, ella no es una noble, debe venir de una familia adinerada que sirve a la nobleza y obtiene la ropa de segunda mano. Es algo común que las mujeres nobles le obsequien sus vestidos viejos a la servidumbre. – ¡Ah!, Valeria – dice en voz alta y se apresura a la mesa – mira esto, ¡otra vez robando! – toma un manojo de hierbas – no tienes vergüenza. Valeria aprieta los dientes – no son tuyas, las tomé del camino, hace cinco años toda la tierra que bordea la carretera era nuestra, tu padre llegó y se apropió de todo, es el verdadero ladrón. El resto de los comerciantes guardan silencio y la joven aprieta la hierba en sus manos y mira a Valeria con odio – niña vulgar y sucia, ¡te atreviste a hablar de mi padre!, César, destruye este puesto. César es el hombre alto que camino a un metro de distancia, mira a Valeria con tristeza, toma la mesa y la vuelca tirando todo. – El dinero por la venta – dice la joven y extiende su mano – la mercancía pertenece a mi familia, por lo tanto, el dinero es mío. Valeria agranda los ojos y cubre su falda con las manos, César la fuerza hasta que logra sacar la bolsa del interior de uno de los bolsillos, encuentra también las dos piezas de pan y le da todo a la joven de cabello castaño. – Fue un regalo, no puedes llevártelo – suplica Valeria. La joven resopla – no lo has entendido, ¿cierto?, el lugar que ocupas en el mundo, César, golpéala. El hombre duda, no importa que sea un soldado entrenado para seguir las órdenes de sus amos, golpear a una niña delgada y desnutrida por tomar una manzana de un árbol, no es algo que cualquier hombre pueda hacer. – Señorita Felman. No conozco ese apellido. – ¡No escuchaste lo que te dije!, mi padre te contrató para obedecerme, sí no lo haces le diré al tío Ewan que eres un cobarde, además, mírala, a ella le gusta ser golpeada, por eso sigue viviendo con la perra de su madre. Valeria se lanza con las uñas hacia el frente, lista para rasguñar el rostro de la joven, por suerte César la detuvo – retira lo que dijiste, retira lo que dijiste – alza la voz y lucha. César sujeta la cabeza de Valeria y la golpea contra la pared, no usó demasiada fuerza o el sonido producido por su cráneo habría sido más fuerte – niña, guarda silencio – le susurra y voltea a ver a la joven Felman – señorita, ¡mire eso!, es la carreta de la tienda Venicia, si vamos pronto, será la primera en ver la nueva mercancía. La joven Felman mira el dinero que tiene en sus manos – es una buena idea, pero no es necesario tener prisa, en cuento llegue me atenderán – guarda el dinero y camina de manera apresurada. Las personas que van detrás de ella no han dicho ni una sola palabra y César suelta a Valeria para seguir a su ama. Valeria, no quieres dinero, los diamantes no te interesan y odias a los nobles, ¿qué tal esto? – esa niña mencionó a un tío Ewan, ¿conoces su apellido? – Ewan Willis – susurra. Lo conozco, trabaja para mi tío – sí me ayudas, tu situación mejorará. Ella levanta la mirada con una sonrisa ladina – ¿crees que necesito tu ayuda? – Hija, corazón, ¿estás bien? – gime una de las vendedoras y corre a ayudarla, el rostro de Valeria está cubierto de lágrimas y mocos. – Se llevó el dinero que estaba juntando para mi mamá, quería comprarle un colorete – llora. Entre todos los comerciantes se miran y juntan dinero, restos de comida y un trozo de tela para sus lágrimas que no dejan de salir. Oye – no tienes vergüenza. – No – contesta felizmente mientras come y camina paralelamente al camino principal. Tiene una mente creativa – esa joven, ¿por qué te odia tanto? – había otros comerciantes, muchos de ellos escondieron parte de su mercancía cuando vieron que ella venía, Valeria no debe ser la única que roba de la propiedad, pero es la única a la que atacan, debe haber una razón. – Su nombre es Virginia – me confiesa – tenemos la misma edad y entramos a la escuela el mismo año, la maestra separa a los estudiantes por sílabas, los nombres como Belinda y Bella, se sientan juntos, o David y Demián, Virginia fue mi compañera de asiento, se molestó, hizo que me corrieran de la escuela y desde entonces me odia. El motivo, ¡es su nombre!, no pensé que fuera algo tan aleatorio, igual me sirve – ¿qué te gustaría hacer con ella? – me mira de reojo – enviar a su padre a prisión, a su familia a la quiebra, condenarla a usar ropa desteñida y sucia, o enviarla a la calle a vivir de limosna, quizá te gustaría que su padre descubra que fue ella la causante de todas sus desgracias y la golpee delante de todos. Valeria se detiene – ¿le harías eso a una niña? – Jamás, serías tú quien lo hiciera – no soy un demonio, pero no me gustó que la trataran de esa forma – Valeria, haz un trato conmigo.
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