Rose después de esa situación que tuvo con Erick se trasladaba hacia su casa en el auto que era conducido por Filo, su chófer. Este a través del espejo observo que ella en el trascurso del camino derramaba algunas lágrimas, mismas que secaba rápidamente para que no fuesen vistas. Ante eso que el había contemplado se preocupó y pregunto cortesmente si se encontraba bien. —Estoy bien Filo, gracias por preguntar. Es solo que hay situaciones en la vida que no te esperas y cuando ocurren no sabes cómo afrontarlas... no lo sabes—respondía con la mirada perdida y nuevas lágrimas corriendo por su rostro. A pesar de que le enfatizo a Erick que no la buscase ni nada parecido, este continuaba en que ella cambiara de opinión sobre lo que había dicho y para ello la llamaba insistentemente. Debid