Esa noche para Evannia fue una de las peores que había tenido debido a su descompuesto estado de salud, el cual gracias a la ayuda y los cuidados de Karen poco a poco se fue restituyendo. A la mañana siguiente amaneció un poco débil, quizás por el hecho de que no había cenado, trayendo con esto a que estuviera muy hambrienta, ante esto comprobaba que su amiga aparecía con una bandeja en mano, la cual al dejarla en la cama observaba que se trataba de sopa de pollo con algunos trozos de pan y jugo de naranja. Acto seguido esta tocaba su frente para comprobar cómo se encontraba su temperatura, con ello lanzo una especie de suspiro, reflejando de esa manera que lo malo había pasado, dado que a través de su toque evidenciaba que la fiebre había desaparecido. —Amiga, por fortuna ya no tie