1. Capítulo

2094 Words
{Sorpresa, Sorpresa...} Rubí#. Cerré mis ojos dejándome llevar por la suave melodía que se colaba hasta lo más profundo de mí ser. Solté un suave suspiro, quitándo me los cascos y dejándolos en mi cuello, tomé el lápiz y sin darme cuenta presione la goma contra mi labio inferior, pensando. Al final simplemente escribí en el cuaderno lo que se me había pasado por la cabeza, mientras tocaba el piano. Solté otro suspiro y me recoste contra el respaldo de la silla giratoria, pasé la mano por la peluda espalda de Algodón, que ronroneo felizmente acurrucandose más contra mi estómago. Giré mi vista hacia la ventana que se situaba a mi derecha viendo que ya el sol se ponía, dejando a su paso un oscuro cielo cubierto por un manto de estrellas. Me levanté de la silla con Algodón en brazos, lo dejé en su pequeña torre, luego me acerqué al tocador dejando mis cascos en el escritorio por el camino, tomé la coleta que tenía en la muñeca y me hice un moño mientras me miraba en el espejo. Los tres años que han pasado se me notan claramente, ahora con 21 años seguía teniendo la cara en forma de corazón, ya no tenía el flequillo y el pelo me llegaba a la altura de los hombros, las mismas cejas pobladas pero finas, los ojos azules pero ahora un poco más oscuros debido a mi transformación, la misma nariz recta, mis pálidas mejillas, y los labios finos de color rojizo. Frunci mis labios. En cuanto a mi cuerpo también había cambiado, y se notaba muchísimo gracias a los entrenamientos, tenía el pecho no tan grande pero tampoco plano, una pequeña cintura con ligeros abdominales marcados pero sin llegar a que se vea mal, las caderas anchas y las piernas gruesas. Metí las manos en el gigante suéter que traía y que dejaba en claro que no era de mi talla, salí de la habitación y bajé las escaleras sintiendo a Lea, mi Loba, inquieta. -¿Qué pasa Lea? -le pregunté, abriendo el link. -No lo sé pero estoy nerviosa, tengo el presentimiento de que algo va a pasar muy pronto -me contesta. -¿Bueno o malo? -Bueno, y tiene que ver con Nuestro Mate -dijo, haciendo que me quedé de piedra a mitad de las escaleras. -¿Cómo lo sabes? -No lo sé, simplemente lo siento -dijo, y corto el link. ~Sorpresa, Sorpresa~ pensé sarcástica, no era la primera vez que pasaba, la otra vez dijo algo así y en realidad fue un malentendido. Escuché unos toques en la puerta así que terminé de bajar las escaleras y la abrí, lo siguiente que sentí fue como todo se puso boca abajo. -¡Evan Bajame! -chille, porque el castaño me había cargado en su hombro. -Yo también te quiero gritona -dijo, pero no me bajó, en cambio empezó a caminar conmigo, guindando de su hombro. -¡Pues Yo Te Odio! -exclame, dándole puñetazos en la espalda baja. -Ya. Alcé mi vista viendo a Alice venir hacia nosotros con los ojos llenos de lágrimas. -¿Alice qué... ? -empecé a preguntar pero me maree cuando de repente Evan me dejó en suelo. Me sostuve del brazo de Evan por un momento para luego mirar a Alice que le temblaba el labio inferior. -Es.. Scott -me susurro Evan apretando sus labios en una fina línea cuando frunci mi ceño sin entender nada. -Oh.. Alice -dije abriendo mis brazos. Alice soltó un sollozo antes de correr hacia mí y darme un fuerte abrazo. Sobé dulcemente su espalda sintiendo mi hombro mojado y sus hombros sacudirse. Scott es el novio de Alice, no es Su Mate, pero sin embargo Alice lo quiere mucho, lo conoció en el último año de instituto, él, siendo el típico chico popular chocó con ella por el pasillo sin querer, lo sé, que cliché. -¿Sabes? Le podría dar su merecido, pero tú no me dejas, porque fácilmente voy y le puedo partir su madre, y quien se me atraviese también lleva, ¿cómo se le ocurre hacer llorar a mí prima? Es que.. -Evan se calló abruptamente cuando sintió mi mirada de reproche y escuchó los sollozos de su prima aumentar. Suspiro y se acercó a nosotras, nos envolvió en sus brazos, Alice se separó de mí y abrazo a Evan metiendo sus brazos entre la chaqueta de Evan, Evan sobo su larga cabellera castaña mientras besaba su cabeza. -¿Hay un abrazo grupal y nadie me invitó? -pregunta Adriel apareciendo en la entrada. Alice se separó de Evan de golpe y corrió hacia a Adriel, para luego de un salto abrazarlo con piernas y brazos, Adriel al verla no dudó en tomarla en brazos. -Pero ¿qué ocurre linda? -le pregunta Adriel cuando Alice escondió su cabeza en el cuello del susodicho. En realidad no me sorprende el trato de estos dos, siempre han sido así desde que se conocieron, literalmente parecen dos ositos cariñositos, cualquiera que los viera y no los conociera diría que son otra cosa. -Scott -dije yo simplemente mirándolos. Adriel soltó un suspiro de molestia mientras ponía sus ojos en blanco, a él no le caía para nada bien Scott, bueno a nadie, es muy egocéntrico, le gusta presumir quienes son sus padres, que estudia, etc. A ver, yo fui criada por el Gran Alfa Andrés Smith, uno de los mayores Alfas que se hayan visto, y de paso dueño de empresas de las más prestigiosas del mundo humano, y no por eso me oyen presumiendo, que idiotez, porque eso es lo que es, un idiota que vive de cosas vanas como los son el dinero y las estadísticas. Siempre le dije a Alice que ese chico no me terminaba de convencer y me preocupaba, ya que ella es mí mejor amiga, prácticamente hermana de otra madre, pero ella siempre me cambiaba la conversación. Evan soltó un resoplido viendo a Adriel y yo puse una sonrisa burlona. -¿Celoso Evan? -pregunté. Evan me fulminó con la mirada. -No pequeña pulga -dijo y sonrió cuando a mí se borró la sonrisa, había dado justo en el clavo para hacerme molestar el muy idiota. -Ja. Ja. -me reí sarcástica - muy gracioso Evancito -dije llamándolo por la forma en la que le dice su madre. Ambos nos compartimos una mirada afilada hasta que escuchamos un fuerte aplauso. Volteé mi vista a Nana que nos miraba incrédula. -Mis niños ¿se puede saber que hacen con la puerta abierta? -pregunta alzando sus cejas -no ven que puede entrar alguien y hacerles un daño. -Sí y nos van a secuestrar para luego vendernos como niños pequeños que somos -habló Evan sarcástico haciendo que Nana lo miré con los ojos entre cerrados -ejem... -se aclaró la garganta mientras volteaba su vista y sus orejas se ponían rojas. Sonreí divertida ganandome está vez yo una mirada de Nana. -¿Qué? -pregunté sin entender mientras metía las manos en el bolsillo de mi suéter. -¿Cómo que "Qué"? ¿Por qué no me avisas te que venían los niños? -dijo frunciendo sus cejas. -Nana por último vez no somos.. -empezaron a decir Adriel y Evan pero se callaron cuando vieron la cara de Nana. -Pues porque.. ¿no era necesario? -hablé indecisa -además ¿qué tiene que vengan? Sólo veremos una película y consolaremos a Alice -dije señalando con la cabeza a la nombrada. Quién por cierto había dejado de llorar pero sin embargo aún estaba en brazos de Adriel y con la cabeza recostada en el hombro del mismo, parecía muy deprimida. -El problema no es que vengan mí niña, el problema es que hoy vendrá Sandra junto a Fredick y los niños, Ágata junto a Luis y la pequeña Gabriela, y una organizadora de eventos -dijo. -¿Y para qué queremos una organizadora? -pregunté frunciendo mi entrecejo. Nana tragó saliva nerviosa y miró cualquier cosa que no fuera yo. -Pues porque dentro de tres día viene Andrés.... Y ¡PUM! voté el corazón por la boca. (No de forma literal claro, sólo es una forma de hablar). Andrés#. Corrí sintiendo el viento soplar mi pelaje con fuerza. -Estamos cerca -habló Rosa, saltando de árbol en árbol. Ella es de una especie muy, pero muy rara y poco común, se les conoce como Inquieti Venatores, eso es latín quiere decir Cazadores Sin Descanso, puesto que cuando tienen a una persona o cosa que perseguir no descansan hasta hacerlo, así les lleve toda su vida. También tienen la capacidad de sentir tus emociones por muy pequeñas que sean, si sientes miedo, angustia, amor, lo que sea, ellos lo saben, y te pueden hacen sentir lo que ellos deseen, desde paz y amor, hasta el peor dolor y miedo que puedes imaginar. -Reduce el paso y esconde tu olor -me dice. Así lo hice, reducí mi paso hasta quedar trotando y oculté mi olor. Ajuste mi visión viendo a lo lejos una cabaña, me paré en seco al identificar la. -¿Qué ocurre? -pregunta Rosa, deteniéndose también. -Es la cabaña de mis abuelos paternos -dije atónito. -¿Crees que ellos...? -dejo la pregunta en el aire. -No lo sé, pero lo creo capaces de todo -dije, mientras comenzaba a andar de nuevo. Nuestra sospecha era que en este mismo lugar estaba el jefe que le decía a los otros chicos que entregarán las cartas. Porque sí, eran un grupo de Omegas que entregaban las cartas anónimas, y que sus especialidades son saber hacer las cosas sin dejar el menor rastro u olor. Rosa utilizo su habilidad contra ellos, y como los Omegas no saben trabajar sin estar en grupo fue fácil. Caminé con sigilo entre los árboles, mientras afinaba mi oído junto a mi olfato para saber quiénes se encontraban en la casa. Pude percibir el olor de 5 al igual que el sonido de su corazón latir. -Albert y Jack ventana izquierda, Mario tú y yo la ventana derecha, Alexis hay una puerta que conduce al sótano, entra por ahí, Rosa tú entra por el balcón hasta el cuarto principal, nadie entré hasta mi señal ¿quedó claro? -hablé con voz de Alfa. -Sí Alfa -respondieron a la par. -Bien -dije, caminando junto a Mario. Nos convertimos en humanos de nuevo y tomamos el bolso con la ropa, me coloqué un mono de lana gris, una camisa manga larga negra y unas medias, al igual que Mario. Abrí la ventana y me asomé, viendo el pequeño y desolado cuarto de estudio, estaba tal y como lo recordaba, con un salto entré y apoyé mis pies suavemente en el piso sin hacer el más mínimo ruido. Mario imitó mi acción, una vez dentro empezó a mover sus ojos de un lado al otro, como si pudiera ver a través de las paredes, que en realidad era esa es su especialidad, ver a las personas a través de las paredes pero, de una forma como si fueran Rayos X. -Alexis ten cuidado, en la puerta del sótano hay uno esperando, Rosa en el clóset de la habitación hay una persona, parece que lo tienen como rehén, Albert y Jack al salir tienen uno para en el pasillo -habló Mario por el link, para luego mirarme -Alfa hay dos personas mayores de edad, creo que son el antiguo Alfa y la antigua Luna, están en la habitación de al lado -me dijo, y yo di un asentimiento. -Albert utiliza tu habilidad, haz que todos dejen de olfatear, y tu Alexis haz que vean pura oscuridad hasta que yo diga, -dije. -Sí Alfa -me respondieron los nombrados. -¡Ah! Y Rosa, toma al rehén y sal de aquí, llévalo hacia Víctor que está en el lado Sur juntó al río, y después te regresas. -De acuerdo, -me dijo. -Muy bien, Albert y Alexis ¡Ahora! -exclame, lo siguiente que escuché fueron fuertes ruidos en las partes de la cabaña que nombro Mario. Sonreí, esto sería interesante Salí de la habitación con Mario a mis espaldas, podía sentir la adrenalina del momento correr por mis venas, y a Jackson inquieto por terminar con eso de una vez por todas. Entre en donde se supone que estaba mis "queridos abuelos" si es que se pueden llamar así. -¿Andrés? -pregunta mi querida abuela pasmada junto a mi abuelo. -Sorpresa, Sorpresa -hablamos Jackson y yo al mismo tiempo, mientras sonreímos ampliamente, mostrando nuestros colmillos que iba creciendo junto a nuestras garras. ###
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