Prólogo
{¡Una Vez Al Año No Hace Daño!...}
Rubí#
—Esquiva, Esquiva y ¡uppercut!
Eché mi brazo hacia atrás junto a la rotación de mi cintura tomando impulso, para luego tirar el golpe en toda mandíbula, el muñeco cayó al piso con un sonido sordo y yo sonreí por el resultado.
-Muy bien -dijo Adriel, sonriendo con orgullo mientras levantaba su mano.
Le choque cinco y suspire cansada, me quité los guantes mientras me sentaba en la banca y tomé una botella de agua.
-¿Crees que estoy mejorando? -le pregunté con curiosidad mientras él también se sentaba a mí lado.
-¿Más de lo ya lo eres? ¡Puff! Imposible -habló negando con la cabeza.
-¿Y entonces si ya soy lo suficientemente buena porque me hiciste venir hoy? -pregunté entre cerrandole los ojos.
-Porque o eras tú, o era el novato -dijo como si fuera obvio señalando a un chico que estaba al otro lado del gimnasio.
El chico lanzaba golpes brutos haciendo que su entrenador tenga cara de quererse ahorcar.
Puse una mueca.
-Tienes razón -murmure asintiendo con la cabeza, para luego soltar un suspiro y levantarme de la banca estirando me, -bueno me voy a cambiar -hablé recogiendo la toalla y los guantes.
-¿Qué harás está noche? -me pregunta mientras también se levantaba.
-Bueno Alice, Evan y yo vamos a ver una película en la mansión, puedes venir si quieres -dije mientras caminaba hacia los vestidores con Adriel siguiendo me, -no te había invitado porque como siempre dices que estás ocupado -agregué.
-¿Y.. el niño cara Bonita no se pondrá molesto porque yo vaya? -me pregunta.
Me paré de golpe, para luego darme media vuelta y mirar lo con mi ceño fruncido.
-Primero; no le digas 'niño cara Bonita', sabes que no me gusta. -le dije seria para luego sonreír de lado -y claro que no se molestara, te estoy invitando yo, además ya va siendo hora de que los dos se lleven bien. Los dos son mis mejores amigos, y a los dos los quiero por igual, así que o se llevaban bien, o se olvidan de mí amistad -le sonreí angelical mente cuando me puso mala cara. -Entonces nos vemos hoy a las 6:30pm.
-Pero...
Lo interrumpi poniéndome de puntillas y dándole un sonoro beso en la mejilla para luego darme media vuelta y salir corriendo hasta los vestidores de damas.
-¡Te Espero A Esa Hora! -le grité lo suficientemente alto para que me escuchará.
Escuché con mí audición bien desarrollada como refunfuñaba y se alejaba, solté una pequeña risa para luego darme media vuelta y meterme en uno de los cubículos.
《♡°♡°♡》
Salí de los vestidores con un mono de lana n***o puesto, una chaqueta blanca y mis convers negras, juntó con mi bolso de entrenamiento colgando de un hombro.
Caminé hacia la salida cruzando me con varios chicos de la Manada que conocía, y que simplemente saludaba con un asentimiento de cabeza. Literalmente era la única chica de que iba al gimnasio, ya que ¿cuándo se ha visto a una mujer peleando en una batalla? En el mundo humano tal vez, pero aquí en el de los licántropos casi nunca, y es algo un tanto injusto porque nosotras las mujeres tenemos el mismo derecho de pelear al igual que los hombres.
Pero claro, es algo que la mujeres de la la Manada no hacen por miedo a que las miren mal, o las juzguen, a mí en lo personal me vale, al igual que Alice que también entrena conmigo, pero sólo los fines de semana porque los otros días tiene que estudiar para los exámenes de la Universidad.
~Menos mal que yo terminé mi carrera hace unos meses~ pensé mientras cruzaba el umbral de la puerta del gimnasio, caminé hasta la camioneta negra que me esperaba en el mini-estacionamiento del gimnasio.
Abrí la puerta una vez estuve enfrente y de un salto me monté, cerré la puerta y coloqué el bolso en el piso del carro por mis pies.
-Hola Guille -lo saludé con una sonrisa de lado.
-Hola Señorita. ¿Qué tal le fue? -me pregunta arrancado la camioneta.
-Primero, recuerda lo que te he dicho de decirme Señorita simplemente no me gusta, -dije acomodandome mejor en el asiento -y segundo, pues bien, practiqué unos cuantos golpes que se me dificultaban -murmure, vi de reojo que Guille asintió con la cabeza y yo di por terminada nuestra conversación, la verdad es que con el tiempo Guille y yo nos hicimos buenos amigos, por así decirlo, no necesitamos rellenar un espacio para que no se vuelva incómodo.
Estire mi brazo y abrí el pequeño compartimiento del auto, saqué el cuaderno junto a el bolígrafo y empecé dibujar todo lo que se me venía a la cabeza.
Primero, empecé dibujando el cielo cubierto por un manto de estrellas, luego más abajo hice como especie de un pequeño lago donde se reflejaban las estrellas, y por último un árbol en donde se encontraba sentada una chica en un columpio que estaba amarrado a una rama del árbol.
Cerré mis ojos junto al cuaderno al darme cuenta, era un dibujo sobre mí sentada en el columpio de... de ese lugar.. al que me llevó.. Bueno no hace falta nombrarlo tampoco, está más claro que el agua de quién estoy hablando.
Suspire y abrí mis ojos, abrí el cuaderno de nuevo y arranqué la hoja, no quería tener algo que me recuerde a él, no algo así como lo fue el prado.
La camioneta se detuvo y yo habrí mis ojos que no me había dado cuenta de que había cerrado, guarde de nuevo el cuaderno junto al bolígrafo y tomando el bolso salí de la camioneta de un salto.
-Gracias Guille -le dije, él me sonrió en respuesta y yo cerré la puerta.
Caminé por el porche hasta llegar a la puerta de la mansión y entre, vi a Nana pasarse de un lado a otro por el salón, yo dejé el bolso en uno de los sillones pequeños y me dejé caer acostada en el sillón grande con un pie tocando el piso.
-¿Qué tal te fue mi niña? -pregunta Nana acomodando unas fotos que estaban en un estante del salón, o bueno moviendo las ya que más acomodadas no podían estar, y sé porque lo hacía, quería algo para distraerse y no pensar en.. en ya sabemos quién.
-Bien -murmure mientras estiraba mi mano y alcancé un bote de snack que había dejado en una mesita.
Lo destape y penas se escuchó el familiar "blop" que siempre hace Nana giró su cabeza hacia a mí en un ángulo extraño, tanto que pensé que era la niña del 'Exorcista'.
-¿Qué ocurre? -pregunté frunciendo mi ceño con un snack a medio camino de mi boca.
-Ah.. no, mí Niña, de eso nada, no me vas a ensuciar los muebles de comida -habló mientras se acercaba a mi y me quitaba el bote.
Hice el pequeño intento de comerme el que tenía entre los dedos pero Nana fue más rápida y me lo quitó.
-¡Nana! -chille como niña pequeña cuando le quitan su dulce, en este caso mis apreciados Snacks.
-Te he dicho que no me vas a ensuciar la casa y punto -dijo con determinación.
Solté un bufido -: ¿y entonces qué como? ¿Aire? -pregunté sarcástica.
-Cualquier comida saludable, y lo más importante que no sea aquí -murmuró.
-P-Pero.. ¡Una Vez Al Año No Hace Daño Nana! -dije sin despegar mis ojos de pequeño bote entre sus manos -tú misma lo dijiste -la señalé con mi dedo índice cuando vi que iba a retractarse.
-Exacto, una vez al año. -dijo lentamente cada sílaba -no una vez cada día, -y sin más se dio la vuelta para irse a la cocina llevándose a mi corazón entre sus manos.
Hice un puchero y me dejé caer en el sofá, y entonces, solo entonces me di cuenta que si Andrés hubiese estado aquí hubiera comido todos los Snacks que quisiera, pero no estaba...
Y solté un suspiro para luego levantar me del sofá, tomé el bolso y empecé a subir las escaleras tratando de alejar esos ojos verdes de mi mente que no dejan de seguirme en mis sueños cada noche...
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