***LEONARDO*** Cuando por fin llegamos a casa de Hanna, una felicidad inusitada nos inunda. Estamos felices de estar fuera del ambiente demasiado helado y blanco del hospital. Sus perros ladran felices al verla. Demandando cariño dando saltos, por lo que Hanna los acaricia al igual que yo también lo hago. Martin apareció en el jardín dispuesto a controlarlos. Lo saludé con gusto pues el hombre se ha convertido en un buen amigo para nosotros en este tiempo. Ahora que Hanna será mi esposa, sus perros también serán responsabilidad mía, pues ella los quiere como si fueran sus "hijos." Aunque la verdad es que deseo tanto tener mis propios hijos con Hanna. Aunque tal vez esperare un año para embarazar a Hanna. Debo informarme bien acerca de embarazo a su edad para que sea un embarazo s