LA LLAMADA DE LA VERDADE parte2

566 Words
Al día siguiente, María se levantó temprano como siempre. Pero algo no iba bien, ya que después de preparar el desayuno para su familia no vio salir a su marido. Decidió acercarse a la habitación de invitados. Cuando abrió la puerta sin tocar, vio que él estaba de espaldas hablando por teléfono en un tono muy feliz. Al percatarse de su presencia, colgó la llamada y volvió a su expresión enojada de la noche anterior después de la discusión. María: —Ya está el desayuno. Juan: —Sí, ya voy. Y la próxima vez toca la puerta antes de entrar. Sabes que no me gusta que me interrumpan cuando estoy ocupado —dijo dándole un tono seco y dándole la espalda mientras acomodaba su corbata. María: —Lo siento, no era mi intención. Pero, ¿con quién hablabas tan temprano? Digo, porque tú nunca recibes llamadas a esta hora. Si es del trabajo, por lo general llaman a la casa y yo soy quien las atiende. Juan: —¿Ya vas a empezar con lo mismo de ayer? ¿Qué te importa con quién hablo? Es mi trabajo y lo atiendo yo. Después de todo, es mi empresa y mi dinero, así que no te metas en asuntos que no te importan —dijo enojado, mirándola de una manera en la que no la había visto nunca. María: —No quiero discutir contigo ahora. Solo vine a decirte que el desayuno está listo. *Nunca me había tratado así. Empiezo a sospechar sobre lo que me dijo la persona en la llamada, pero sinceramente no creo que Juan se atreva a engañarme. Lo más seguro es que esté estresado por el trabajo y, de ser así, no lo culpo, ya que trabaja muy duro para darnos a mí y a los niños lo mejor. No voy a darle más vueltas al asunto.* Bajaron los niños a desayunar ya listos para la escuela. —Hola, mami. Buenos días —dijeron los niños mientras tomaban su respectivo lugar en la mesa. —Hola, mis amores. Ya les sirvo el delicioso desayuno que les preparé. —Mami, ¿dónde está papá? —preguntó Carla mirando al lugar de su padre, que por lo general siempre estaba sentado esperando el desayuno antes que ellos. —Ya papá viene, está terminando de alistarse para ir a trabajar. Seguro no ha de tardar mucho —dijo mientras ponía unos esponjosos y deliciosos huevos revueltos con pan integral y avena junto a un rico jugo de naranja recién exprimido en el plato de cada niño. —Ya estoy aquí, no se preocupen niños. Coman para llevarlos a la escuela —dijo sentándose a comer sin mirar a María, que se sentó a su lado a disfrutar de los alimentos puestos en la mesa. No quería admitir que esta situación me estaba atormentando un poco, no quiero que mi familia tenga problemas, siempre hemos sido felices y yo quiero que eso siga siendo así, es por eso que siento la necesidad de saber que es lo que pasa, realmente no quiero sospechar de Juan porque lo amo, se que él me ama y me respeta o eso es lo que me a demostrado en todos los años que tenemos de casados. Es verdad que últimamente se porta raro y no me ha tratado bien y es por eso que voy a averiguar que pasa aquí.
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