Viena Risha, Segundo

1176 Words
Estaba atónita ante tal suceso. Por tal motivo me apresure a comunicarme con la policía, no sería cómplice de ese hecho aberrante que estaban llevando a cabo. Ante ese propósito ubique uno de los teléfonos de la casa y realice dicha llamada. Mientras la terminaba, faltando solo dar mi nombre percibí que alguien estaba cerca. El sujeto que se situaba frente a mí era alto y con un aspecto muy perturbador, tanto así que me arrebató el teléfono, desechándolo al instante para seguidamente atraerme hacia él. —Tal parece que fui muy suave contigo lindura, habrá que hacerlo de nuevo, pero esta vez como se debe antes de que llegue la policía, la cual no creo que aparezca pronto para auxiliarte — sus palabras me dejaron evidente que él había sido quien me había abusado, por esto como podía me defendía y al ver que me llevaría a arriba nuevamente, tome una reliquia de porcelana que estaba cerca y lo golpee con ella en la cabeza, debilitándolo instantáneamente. Tras esto, corrí todo lo que pude sin importarme que estuviera expuesta ante todos. No sabía cómo tenía la fuerza para huir y sobreponer el dolor que me aquejaba, diría que lo único que entendía en ese instante era que debía escapar. Yendo en dirección hacia donde estaba el resto me topaba nuevamente con Hans. —¡Debes ayudarme! un hombre me abuso sexualmente y de nuevo quiere volver a hacerlo. —¿De qué habla Viena?, preciso… —el sonido de un disparo interrumpió el argumento de Hans, el cual corrió hacia donde se había originado el impacto. Por mi parte me apresure a ir por algo de ropa para cubrirme, en esto veía a Briggett acercarse hacia mí. —Viena, linda ¿Qué te pasó? —inquirió para cubrirme con una toalla. Justo cuando pensaba explicarle lo ocurrido las sirenas de policía invadieron la propiedad. Seguidamente varios policías irrumpieron, indicándonos a todos que estábamos detenidos y que no intentáramos huir. Acto seguido, viendo toda la escena donde éramos esposados ​​otro grupo de oficiales se adentraba en la propiedad, comenzando a salir los que allí se encontraban. Entre los que salían esposados ​​estaba el sujeto que me había agredido sexualmente, por ello me fui hacia él, exclamando en voz alta lo que había hecho, sin embargo, me sujetaban para que no impidiera el protocolo que tenían de llevarlos detenidos. Al ver a Bryant también salir me causaba repugnancia, de tal manera que desde donde estaba, sin temor sobre lo que me sucediera, lo acusaba, argumentaba que no era más que un vil violador. Lo que jamás pensé era que tras haber sacado a toda esa serie de hombres, los oficiales a través de su radio pedían muy exaltados varias ambulancias y paramédicos. A los pocos minutos entendí lo que sucedía. Antes de ser llevada también al departamento de policía pude observar como trasladaban a varias de las chicas afectadas en las distintas ambulancias solicitadas, aunado a eso una de las que sacaban en una camilla iba cubierta de pies a cabeza en una especie de tela blanca, dando alusión de que había fallecido o peor aún que había sido asesinada. Sin poder descubrir cómo había terminado la noche para ellas fui llevada junto con Briggett y otras al departamento de policía. Habiendo llegado a dicho lugar me permitieron hacer la llamada correspondiente y con ello de inmediato contacte a mis padres, los cuales no dudaron en asistir y al poco tiempo estaban allí, solventando todo para que me liberaran. El ver que estaba lastimada luego de solucionar mi partida del lugar, pagando una cuantiosa suma como parte de la fianza en vista de que estaba bajo los efectos de las drogas, decidieron llevarme de inmediato a la clínica que solemos frecuentar. Estando bajo revisión médica me sentía herida, traicionada y rota. Jamás pensé que la persona que debía cuidarme, la misma que me profesaba amor a su modo me había dejado a expensas de un extraño, el cual me abusó como quiso. Luego del veredicto del médico mis padres estaban consternados ya que tenía lesiones de gravedad en todo mi cuerpo, especialmente en la v****a y mi zona anal. Ante esta situación, mientras yacía acostada en la cama a su vez que me suministraban tratamiento, mi padre daba pasos en toda la habitación. Mi madre por su parte sollozaba, repitiendo que si alguien se enteraba de esto seriamos la comidilla de todos. —¡Cómo es posible que fueras tan irresponsable, Viena! Drogada y abusada por un extraño, acaso no te das cuenta de las consecuencias! Esperamos por los resultados de los análisis para saber si no te infectaron de alguna enfermedad. —¡Calma querido, no debes exaltarte! —expreso mi madre, tratando de reconfortar a mi padre. —Como estarlo cuando observa las condiciones en las que esta nuestra hija. Viendo la situación desesperada de ambos decidieron pronunciarme. —Padre, madre, lamento lo sucedido, jamás pensé que esto… —Es que ese es el problema, no piensas. ¿Sabías que nos informamos de tu pésimo comportamiento en la universidad, la manera en la que maltratas y hostigas a algunos compañeros? ¡Nunca creí que esa clase de hija fueses tú, Viena! —Es cierto hija, los comentarios de ti son abrumadores. De ser preciso tocara enviarte a otra institución. No queremos problemas, ni que nos vean como no somos en realidad. —Pero madre, ¿que pasara con mis amigos y…? —¿Amigos, novio? ¿Eso ibas a decir? Porque si es eso, déjame decirte que no son más que drogadictos y delincuentes, especialmente Bryant, quien mato a una joven a sangre fría después de abusarla. Eso que dijo mi padre develo la duda que tenía y con ello mi valor como persona se fue al piso. Esa noche había descubierto la realidad, estaba en un círculo tóxico con alguien que creía que le gustaba e importaba. Dejando visto que solo era un individuo que se saciaba de mi e imponía que lo acompañara en sus vicios. Mi recuperación fue lenta y dolorosa, no obstante, habiendo finalizado y pudiendo retomar mi vida lo primero que hice fue visitar a Bryant, quería que me explicara, ¿porque su trato hacia mí de esa forma? ¿Porque abandonarme esa noche en las condiciones en las que estaba? Pensando que se contentaría por verme, me lleve como sorpresa que solo se reía de cada cosa que le decía, enfatizando que solo era una tonta, que aunque no fuese rubia era un ser idiota y sin una pizca de inteligencia, señalando tal asociación como si el tono del cabello tuviese relación con el intelecto, mismo que enfocaba con la finalidad de denigrarme como persona. Sus insultos y arrebatos de ira me llevaron a marcharme, comprobando con esto que el haber ido había sido un completo error. Pasado un año de esa tormentosa experiencia y estando en otra universidad cursando mi carrera en cuestión, descubrí otra manera de aprovechar mi galanura sin quedar como tonta.
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