Briella se sentía muy mal por no haberse mantenido callada, su hermana siempre la apoyaba en todo y estaba ahí para lo que necesitara y ella le pagaba traicionándola, contándole todo a Gisela. No obstante, era más grande el miedo que le tenía a su madre, pero también estaba llena de odio hacia ella. Despreciaba a esa mujer al límite en que había deseado su muerte en varias ocasiones. Cuando se enteraron de la enfermedad de Gisela la primera vez, era aún algo pequeña para entenderlo. Solo sabía que no estaba bien de salud, pero sin saber bien de que se trataba y con la corta edad que tenía siempre que podía le rogaba a Dios se la llevara. Ahora que el cáncer estaba de regreso, y eran conscientes de que era terminal, no podía esperar el momento del deceso. Ella estaba mas que segura que en c