En los días que trascurrieron previo al fallecimiento de Dolores, Agustín y su madre Milagros estuvieron al pendiente de los Flores. Trataron de ayudar de acuerdo a sus posibilidades a que la familia se sintiera un poco mejor. En un principio Milagros le ayudaba con la cocina a Amelia o la solía a acompañar al pueblo a realizar sus compras, o en algunas ocasiones les daba la sorpresa llevándoles un sencillo pero delicioso guisado preparado por ella misma, para que no se preocuparan por que cocinar. Agus por su parte, cuando terminaba de trabajar con su carrito iba también a darles una vuelta y se ofrecía a ayudarles en lo que estos requirieran. Si necesitaban cortar la yerba alta, llevaba su machete y se ponía con ello. Si hacía falta leña para el fogón, tomaba el hacha y se introducía den