Las ultimas semanas han sido un total caos para mi y una verdadera revelación. Quince días en Rusia, específicamente en Kazán, al suroeste de Rusia. Una ciudad fría, vacía, hermosa, y con una vista impresionante al estar a orillas del río Volga y del Kazanka. Para nosotras, o mejor dicho para mi, ya que mi traidora hija se volvió la sobrina consentida de André así que me ignora la mayor parte del tiempo por estar enterrada en la montaña de juguetes que su tío le regaló según él sin ganas de querer ganarsela con bienes materiales. Me paso la mayor parte del día encerrada dentro de la enorme habitación que André preparó para nosotras, sin permiso obvio de salir al aire libre y muchísimo menos moverme sin un silencioso y fuerte escolta cubriendo nuestras espaldas, no he recibido más llamadas