Andre se sorprendió de mi pedido, la excusa fue perfecta, "Quiero aprender varios idiomas, entre ellos el japonés, ¿Qué hay de malo en eso?" Así fue que obtuve hace 3 semanas mis clases interdiarias con la señora Kumiko. Con las clases de defensa personal, Andre sí que empezó a sospechar. -¿Para qué es todo esto, Moana? - Su tono de voz escéptico inundó el amplio jardín donde estaba recibiendo mi clase de Kick Boxing con la guardaespaldas que se me reasignó, Olya. Era una treintona seria que nunca sonreía y tenía cierta verruga en la frente la cual se notaba más por su cabello halado hacía atrás. Pero reconozco que era buena, en 2 semanas me había dado alrededor de cien golpizas, pero ya sabemos que soy una masoquista, así que aquí estoy, ¡que venga la 101! -¿A que te refieres? - Pregunt