Antes de que pudiera retroceder, tomo mi mano y me jalo hasta donde estaban los rusos, quienes me miraban con sorpresa. El mayor puso una sonrisa, quitandole un poco de rudeza a su tosco rostro, pero el menor ni siquiera me presto atención y siguió viendo alrededor. -Un placer conocerte, Moana, mi buen amigo Xavier me ha hablado de ti. Soy Andre. -Lo mismo- salude cortes sin tanta palabrería, no deseaba caerle bien a un mentiroso. -Vamos al hotel, amor. Se hace tarde.- El se apresuro a despedirse con un apretón de manos y una mirada con significado de los hombres y me hizo subir en la camioneta negra que manejaba. Un silencio incomodo se planto en el auto y la bomba pronto estallaría. Me miraba de reojo, a mi y a las cosas que llevaba en las manos y volvía a mirar al frente con mala c