Unos días después. Cristian me invitó a su yate privado para navegar juntos por el mar por algunas horas, lo que yo no tenía en mente era que todo era un plan. De repente mientras miro el paisaje hermoso a través de las olas del mar, Cristian se arrodilla ante mi. Tiene en en sus manos una pequeña caja roja que contiene un anillo de oro. “Helen nunca te pregunté si querías ser mi esposa pero hoy quiero hacerlo, así que Helen Blake ¿Aceptas casarte conmigo?”, preguntó mientras estaba arrodillado. No esperaba aquella propuesta repentina, finalmente me habían dado la oportunidad de decidir en algo. “Cristian claro que acepto casarme contigo nuevamente, quiero pasar mi vida entera junto a ti”, Respondí con lágrimas, pero eran lágrimas de emoción. Cristian se levantó de suelo, sacó el an