— Sé perfectamente que nada de lo que te diga va a hacerte cambiar de parecer. Así que, ahorremos la conversación sin futuro y disfrutemos un rato sin sed de venganza o drogas. — pide Au. — De acuerdo, tenemos mucho de que hablar. Así que espero que hayas dejado todo listo para que pases unos días conmigo poniéndome al corriente de lo que sucedió. — Usted es la jefa. Lo que usted diga son órdenes para mí. — comenta haciendo una reverencia. — De acuerdo. Deja el drama y vayamos a sacarnos y tomar algo caliente. — digo colocándome detrás de él y empujo su silla de ruedas. Caminamos rumbo a las camionetas y nos adentramos en ellas, rumbo a mi hogar. — ¿Cómo fue que tus hombres no impidieron que te llevaran? — Ellos se dejaron comprar de Emiliano. Fue por ello que Emiliano me llevó con é