LOS HOMBRES TAMBIÉN LLORAN

Capítulo 7 - LOS AÑOS TERRIBLES

Fue tan difícil permanecer aquí sin mi amigo casi hermano...

El resto de la carrera viví solo, por orden de mi padre, jamás tuve otro compañero de cuarto, me dediqué a estudiar y sacar el mejor promedio.

Por un par de años, Alexia se convirtió en mi confidente, hasta que se graduó, por medio de ella logré mantener comunicación con Andrew, por cartas, yo intenté buscarlo por r************* , pero jamás lo encontré, además, según él, era la forma más segura de hablar; yo le contaba mis aciertos y desaciertos, mis penas y mis pocas alegrías, y a su manera, siempre tenía palabras de aliento para mí. Me contó que la universidad le permitió terminar su carrera de manera virtual, pero nunca supe si sus padres finalmente se enteraron del cambio de carrera y la expulsión.

También debo señalar, que de vez en cuando, ella se escabullía a mi cuarto para que tuviéramos sexo, aunque nunca fue mi novia, de cierta manera sentía que la amaba, pero quizás solo desarrollé apego a la única persona que me brindaba un poco de atención y afecto. Después que ella se graduó me quedé completamente solo.

En dos días voy a recibir mi título como doctor, imagino que mis padres vendrán a hacer lobby con gran cantidad de fotógrafos... Ojalá no vinieran, nunca se aparecieron por aquí, mi padre solo vino 2 veces en todos los años que estuve aquí... 8 en total; llenos de burlas, humillaciones, discriminación y la contante lucha existencial contra mí mismo por no estar haciendo lo que quería.

Muchos creen, que los golpes de la vida te hacen fuerte, pero en mi caso no fue así, cada día soy más vulnerable, aunque tengo ya 24 años, la estadía aquí alimentó mis miedos e inseguridades, lo único bueno aquí fue el estar lejos de mi padre y el conocer a Andrew y a Alexia. Los dos últimos fueron los peores, a pesar de ser el mejor, la carga de trabajo era bastante, las prácticas, el no tener casi tiempo para dormir me estaba enloqueciendo, varias veces recurrí a anfetaminas para mantenerme despierto.

Ahora que todo esto termina, me siento aliviado.

La ceremonia ensayada una y otra y otra vez, finalmente se lleva a cabo, las familias orgullosas, pretenciosas e hipócritas, llenaron el recinto, la mía no estaba.

Uno a uno pasaron los maestros a dar sus aburridores e interminables discursos y al fin llegó la hora de recibir nuestros títulos... Yo, fui el último, por ser el mejor de la clase, esperaba en ese instante ver siquiera a mi madre, pero nadie asistió.

Terminada la ceremonia y ya por nuestra cuenta fuimos a celebrar fuera de la universidad, ese día, por primera vez en estos últimos años, no hice caso al consejo de Andrew...

No sé cuánto bebí, pero desperté sin memoria y con dos chicas en mi cama... Tal parece que se repitió la historia.

—¡Muchacho! ¿Tú no cambias no? —Interrumpió Andrew entrando con una chica semidesnuda.

—¿Dónde carajos estamos?

—Hay cosas que nunca cambian, ¿Acaso no te dije que te alejaras del alcohol? Esta vez no me vas a culpar.

Me levanté como pude y me bañé, tomé mis cosas y salí, las chicas aún estaban dormidas, era un hotel en el centro, bastante feo para mi gusto, pregunté si se debía algo, cancelé y me marché de ahí.

Andrew me alcanzó corriendo...

—¿Te vas sin despedirte? Por lo menos dame un beso, o lo del taxi al menos, —dijo en tono burlón.

—Es increíble que cada vez que pasa algo así tú estás presente.

—Calmado ventarrón, a mí me llamaron a decirme que te pasaste de copas, solo vine a supervisar que no pasara nada grave.

—¿Nada grave? ¡Amanecí con dos prostitutas en un hotel barato! No te parece grave.

—Grave sería que estuvieras muerto niño, por lo que veo, los años no te han cambiado, sigues siendo el niño consentido de papi.

—¿Consentido? Ahora verás qué tan consentido soy, —salí corriendo hacia él y le di un fuerte puño en el rostro, tan fuerte que le reventé el labio.

—Muy bien niño, ya estás creciendo, pero no lo suficiente para enfrentarte a mí.

Lo último que recuerdo es ver su puño acercándose a mi cara.

Desperté en un hospital... De un solo golpe me dejó sin sentido.