— ¿Mamá? — ella no soltaba a William mientras yo sentía como me iba destruyendo poco a poco.
Me acerqué hasta tocar el cuerpo de mamá, ella lloró más fuerte, las lágrimas salían como una cascada de mis ojos, me recosté contra la pared y me fui dejando caer poco a poco hasta estar sentada en el suelo.
Mis piernas tocaban los zapatos de mi mamá y Wiliam, mis manos apretaban mis brazos clavando un poco mis uñas en estos.
— ¿Mamá? — ella me miró por sobre el hombro de William.
Cuando se dió cuenta de mi presencia se acercó de cuclillas a mi.
— Cariño, lo siento mucho.
Un sollozo salió de mi garganta, ¿Murió? No podía ser así, era acaso una maldición, tres personas me querían y ¿Morían? No puede ser, ¿Porque no soy yo?
— ¿Mamá, está muerto? — la pregunta casi no sale de mis tembloro
