Mientras esperaba que mamá volviera, me levanté del suelo y me estire un poco, si Felipe salía bien, no quería que me viera así, por lo que me tragué las lágrimas, estire mi cuerpo y traté de controlar los espasmos de los sollozos que aún había en mi. Mientras me estiraba ví a William a los lejos, su cabeza estaba agachada y su expresión era de derrota. Me acerqué poco a poco hasta estar a su lado. Cuando estuve codo con codo a él, lo escuché sorber su nariz. — No quiero que pienses que no amo a mi hijo, lo amo. Tenía que hacer algo ya, no lo puedo perder. Ya perdí a mi esposa, no puedo perderlo a él también. Llevo sus manos a su rostro y sollozo, no supe que hacer así que di pequeños golpes en su espalda a modo de consuelo. — No lo puedo culpar, no tengo hijos y no sé lo que se sie