Capítulo 1

2679 Words
Su vida había trascurrido de forma dramática, desde los 11 años solo recordaba a sus padres peleando, su familia era disfuncional, su madre era una mujer sumamente insegura que siempre celo a su padre, eso poco a poco destruyó su relación y por supuesto a su familia, hasta el día en que su padre decidió abandonarlas. Tal vez algo de lo que vivió en esa época había influido en su inseguridad de hoy en día. Su vida era complicada aun dejando de lado los comentarios y las miradas de burla de las cuales era víctima en los universidad, se veía al espejo y se preguntaba ¿Qué estaba mal con ella? Su ropa era ancha y muchas veces parecía una ensalada de colores, pero eso no era malo, simplemente tenía su estilo uno que solo ella comprendía y le agradaba. Cuando llegó a casa después de terminar el horario escolar, lo primero que hizo fue revisar a su madre, abrió un poco la puerta de su recámara y la observo recostada en la cama, durmiendo, suspiró cansina. Al paso que iba tendría que contratar a alguien para que la cuidara. Desde que su padre se había ido, Hoani se fue sumergiendo en una depresión sin precedencia que 5 años después seguía sufriendo. Al principio no era tan severa la situación, al menos su mamá trataba de salir de la cama e ir a trabajar, pero desde que se había enterado de la boda de su exmarido todo se fue en picada. No comía, no se aseaba, ni siquiera salía de la cama y prácticamente se la pasaba durmiendo todo el dia, Kate no veía salida. ¿Qué se supone que tenía que hacer? Había intentado terapia, medicamentos, retiro, incluso buscarle pareja y nada había funcionado. ¿Y cómo? Si Hoani no ponía de su parte, ella se reusaba a seguir adelante sin importarle nada, ni siquiera su hija y todo lo que ella tenía que pasar. Bajó a la cocina luego de ver su estado y preguntarle si quería algo de comer, para su sorpresa había dicho que si, así que puso manos a la obra, no era buena cocinando, pero al menos sabía preparar ramen. Cortó algunos vegetales y mientras esperaba que todo hirviera su mente regresó a lo sucedido esa mañana, se despeinó el cabello con un poco de frustración, reprendiéndose a sí misma por ser tan cobarde. Pero a la vez se obligaba a ser realista al respecto, ni en mil años Mike se fijaría en ella. Salió al porche de la casa después de darse una ducha caliente y llevarle de cenar a su mamá, se sentó en aquella banca que muchas veces ocupaba para contemplar el cielo, ese era el único recuerdo bueno que tenía, hablaba de ella como si ya no estuviera y desgraciadamente así lo sentía, era como si estuviera muerta en vida, cuando era pequeña le nombro varias constelaciones y le contaba cuentos sobre cada una de ellas. Por suerte esa noche era especialmente estrellada para poder verlas a todas. La pasaba ahí hasta que el sueño la venciera, por lo que decidió preparase una taza de té y mientras bebía un poco del líquido caliente escuchó el rugir de un motor, demasiado escandaloso para su gusto y como si eso no fuera poco lo acompañaba el sonido de una música ruidosa. Cuando el auto se estacionó justo enfrente de la casa de alado, no le dio importancia, hace mucho que ya no lo hacía, así que siguió en lo suyo, ya que sin verlo claramente sabia de quien se trataba. Su vecino y amigo (si aún podía decirle así) Jackson Silver. Subió los pies a la banca y se hizo un novillo cuando Jackson bajó del auto y escuchó como se despedia de todos sus amigos, el azabache caminó directo a su casa con una gran sonrisa, pero paró apenas noto a Kate del otro lado de su jardinera. Trató de ignorarla como lo hacía siempre, pero la conocía mejor que nadie y sabía que si se encontraba a fuera de su casa, con una taza de Té, era porque algo le pasaba, lo hacía siempre que quería sobrepasar algo. Suspiró mirando hacia los lados y sin pensarlo mucho caminó hacia ella, sin que lo notara hasta que Kate sintió a alguien sentárse a su lado, al principio se sobre salto, nunca imaginó volver a ver a Jackson allí, sentado en su banca, lo miró extraño, era una sorpresa, si, aún se saludaban por pura cortesía, pero ya no era lo mismo, ya no eran cercanos, no eran Jackson y Kate contra el mundo. —Hola Katy. —Jackson fue el primero en saludar. —Hola, Jk... —Su expresión cambió y lo miró tranquila, aunque la sorpresa de verlo allí seguía en ella—. Hace mucho que no me llamabas así. —Sonrió amable y un poco sonrojada al escuchar el apodo que él le había puesto cuando aún eran unos niños —Hace mucho que tú no me llamabas así. —Le señaló. Kate pensó en que no era lo mismo, la mayoría de sus amigos lo llamaban de esa forma, resopló y se encogió de hombros sin darle importancia. —¿Qué te trae por aquí? —Fue directa al grano, no creía que su visita fuera por pura cortesía cuando hace mucho lo dejo de hacer. Lo miró expectante y casi apresurada, la verdad era que prefería estar a solas. —¿Qué? ¿Ya no puedo saludar a mi amiga? —objetó ofendido. Kate rio irónica, ese título no era la especificación correcta de su relación, más bien eran conocidos o ex amigos, pero de nuevo no dijo nada. El silencio reinó por unos minutos mientras seguía mirando el cielo, era extraño no saber de qué hablar con Jackson, antes era como un libro abierto cuando estaba con él, muchas de las veces él se trasformo en su fortaleza, su hogar cuando el suyo se desmoronó, extrañaba esos momentos donde podía leerla a la perfección sin decirle ni una sola palabra. —Y-y... ¿Cómo está Hoani? —preguntó poniéndole fin al silesio incómodo que se estaba formando. Al igual que Kate, Jackson se sentía desconectado. Hace mucho que no hablaban, ella había cambiado mucho, físicamente seguía siendo la niña de mejillas sonrojadas y anteojos de fondo de botella con su ropa colorida, pero por dentro sabia que ambos ya no eran los mismos, habían cambiado y ahora era polos totalmente opuestos. —Bien, ya sabes, sigue igual que siempre... Silencio de nuevo. Hablar de su mamá era algo incómodo para ella.. —Escuché que ganaron el campeonato —agregó rápidamente para cambiar de tema—. Por cierto. Felicidades —Alzó sus pulgare y sonrió. Jackson le regresó el gesto al escucharla y asintió. Era extraño como a pesar de que hubiera escuchado de muchos otros esa misma palabra solo cuando la dijo Kate la había sentido de verdad. Era extraño. —Ya sabes. —Se encogió de hombros—. Soy el mejor —dijo engreído. La rubia había olvidado lo ridículamente ególatra que podía llegar hacer y simplemente soltó una risita mirándolo de reojo. —He tomado un poco en la fiesta que organizo Tom, así que perdón si digo alguna estupidez. —Siguió sonriendo—. Por cierto no te vi ahí —dijo expectante. —Ya habíamos hablado de eso, ese es tu mundo, no el mío. —Miró hacia el cielo—. Yo prefiero la soledad, la música ligera y una buena taza de té. —Lo sé, pero pensé que irías por Mike... —Alzó una ceja, sugerente y hasta un poco burlón. Kate lo miro asustada. ¿Lo sabía? —Joder, recuerda que sé leerte tan bien. —Río. La rubia pensó que no lo podía hacer más, pero al parecer se había equivocado, aun tenía el don. —¿Cómo lo descubriste? —preguntó curiosa. Estaba segura de que estaba haciendo un buen trabajo ocultando sus sentimientos, dejando de lado las veces que se perdía viéndolo en clase, mientras babeaba (literalmente) haciéndolo. —Solo tartamudeas con los chicos que te gustan —le explicó Jk inclinándose hacia atrás, mirando el cielo estrellado también, aún se sentía un poco mareado por el alcohol—. Sigues siendo una cobarde. ¿Recuerdas a Nethan? —Empezó a reír y Kate bufó. —Éramos solo niños —Objetó. —Lo sé, pero si hubiese sido más valiente y le hubieras dicho lo que sentías, él no hubiera andado con Layla por despecho, todos pesaban que tú y yo éramos novios solo porque la pasábamos juntos siempre. —Bromeó. —Para ti era fácil decirlo, todas las niñas querían contigo y era por eso que me odiaban... también sufrí por ti. Además tú no tienes nada que reclamar, mírate, ahora ere el chico popular y sexy de la escuela que tiene a todos a sus pies. —Jackson no dejaba de sonreír al recordar los viejos tiempos, todo lo que habían pasado juntos. —¿Te parezco sexy? —Dejó de sonreír y preguntó con su voz aterciopelada mirándola fijamente. Kate se quedó muda sin saber qué decir—. ¿Sabes? Tú eres más que eso. —La rubia lo miro atónita—. Eres inteligente, atractiva y una buena persona. —Se miraron por un par de segundos hasta que uno de ellos parpadeo expectante. ¿Estaba Tratado de darle ánimos? ¿O era a caso que venía más ebrio de lo que realmente decía? —Eso díselo a Mike. Los chicos de ahora solo miran tu exterior, el cómo te ves y luces. No importan los sentimientos o lo que seas por dentro. El ser atractivo lo es todo. Solo mírate. Si eres poco agraciada como yo eres un perdedor. ¿Sabes? Por estereotipos como esos es que la gente tiene miedo de mostrarse como es y ser despreciado, eso apesta. Silver no sabía que Kate pensara de esa forma, pero tenía razón, incluso él fingió muchas voces ser lo que no era para ser aceptado. El moreno volteó a ver a su amiga y se acercó un poco más a ella. La rubia se quedó paralizada cuando lo notó con la mirada fija en su rostro y soltó una mueca, pensativo. —¿Qué?, ¿Qué tengo? —preguntó preocupada desviando la mirada para todos lados. Jackson estaba actuando raro. —No eres fea como piensas. Tienes lindos ojos y... —Su mirada bajó hacia sus labios. Silver parpadeo preguntándose que jodidos estaba pensado—. Digo... —Se separó cohibido y se rascó la cabeza con nerviosismo—. Solo es cuestión de que cambies algunos aspectos, tal vez tu ropa, por ejemplo. —Escudriñó el cuerpo de su amiga—. Tu forma de peinarte. —Subió de nuevo la mirada—. Y un poco de maquillaje no te haría daño si es que quieres encajar en los estereotipos de la gente sin cerebro a quienes quieres impresionar como lo es el idiota de Mike. Kate no supo qué decir y no por lo que le había dicho Jackson sino por la forma en lo que lo hizo, aun así era impensable, ella jamás encajaría en algún papel de eso porque sus ideales eran muy diferentes, ellos pensaban en fiestas, alcohol incluso sexo y ella no era nada de eso. —No escuchaste lo que dije, no quiero aparentar lo que no soy. —Por favor, no aparentarias nada, seguirías siendo tú por dentro con un pequeño cambio por fuera, eso sería todo. —Kate se mofó y negó. —Solo piénsalo. Podrías hacer que cualquiera volteara a verte. No solo serías hermosa por dentro sino por fuera, imagínalo. Kate Decker la reyna del baile. —Alzó sus manos haciendo un ademán de presentación y no pudo mentir, Kate en verdad se lo estaba imaginado y para el colmo lo que veía le estaba gustado. —¿Qué te hace creer eso? Puedo ser igual de fea después de cambiar todo lo que dices. —Se cruzó de brazos ante su realidad, pero Jackson negó. —Créeme cuando te digo que no será así. —Estaba seguro de eso. Kate mordió su labio, hubo veces donde ella trató de cambiar, pero siempre había obtenido el mismo resultado. La moda ni el maquillaje era lo suyo y jamás pidió ayuda, sus amigos se negaban a que cambiara por una cosa tan absurda como gustarle a alguien. Así que con ellos no contaba. —Tendrías al idiota de Mike muerto y babeando por ti —Jackson susurró a su lado como si fuera su conciencia, persuasivo. ¿Esa era la solución? ¿Sería posible que cambiando podría conquistar a Mike? Esa idea la hizo sonreír. —¿Harías esto por mí? —Jackson frunció el ceño cuando Kate lo miró sonriente—. ¿Me ayudarías a cambiar y conquistar a Mike? —Para, para, para... —Levantó la mano frenando toda idea de su amiga—. Yo solo te estaba dando una idea, nunca me ofrecí a ayudarte —Kate puso ojos de cachorra y formó un puchero, cabizbaja—. O no, ¿aún crees que eso funciona conmigo? Ya no tenemos 11 años. Ahora fue Kate quien se acercó a él. Podía decirse que esa era su arma letal contra Jackson, jamás se había podido negar a nada después de ver sus ojos de cachorra, acabando con su puchero de patito. No podía ser, Jackson cerró los ojos, eso le pasaba por andar metiéndose en lo que no lo llamaban. Hubiera sido mejor si simplemente la hubiese ignorado como siempre lo hacía. —No lo sé, Kate, ¿Yo que obtendré a cambio? —La rubia lo sopesó. Dinero, era ilógico, Jackson era una persona con recurso, sus padres mantenían un negocio próspero. Tal vez si le decía que sería su esclava por un mes aceptaría. "Piensa, Kate" era más ingeniosa que eso, pero en ese momento no se le ocurría nada. —¿Toda mi gratitud? —Lo miró con una gran sonrisa, esperando que eso fuera suficiente. —Me largo. —Jackson hizo el ademán de irse, pero lo tomo de la mano casi arrodillándose. No podía dejar pasar la oportunidad, no después de imaginarse con Mike como reyes del baile. ¿Quien más podría ayudarla si no el fuckboy de la escuela?, el maestro y experto en flirteos, y cambios de imagen Jackson Silver. Joder. No podía dejar que se fuera sin que aceptara. —Por nuestra amistad —suplicó. Pero para Jackson no era suficiente, necesitaba algo que lo motivará. No era ser malo, pero su tiempo era muy valioso como para no obtener beneficios por eso. —¿Sigues siendo buena para las matemáticas? —En ese momento recordó algo importante. En una semana tendría que presentar un extraordinario de esa materia, era pésimo, no entendía ni la X y si llegaba a reprobarla de nuevo le quitarían la beca y su padre lo sacaría del equipo de futbol, eso no lo podía permitir. Había escuchado de las buenas notas de Kate y como ganó las nacionales en las olimpiadas de Matemáticas, era casi un plan perfecto que estaba maquilando. —Soy cuadro de honor, Jk. —Kate lo soltó y se puso de pie sonriente—. ¿Tienes problemas? —¡Eso era! ¿Cómo no se le ocurrió antes? El problema de los atletas eran las materias teóricas, eran unos burros andantes, al menos todos los del equipo de futbol lo eran. —Tengo un extraordinario dentro de dos semanas, si me ayudas a estudiar yo te ayudaré con tu cambio de imagen. —La rubia no lo tuvo que pensar, era un trato justo así que enseguida extendió la mano para cerrarlo. —Trato hecho. —Bien. —Tomó su mano—. Kate Becker, solo espera para que todos caigan rendidos a tus pies. —Sonrió confirmando el acuerdo.
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