Capítulo 24

1221 Words
Tanya exhaló el humo de su cigarrillo y tiró sus largos pelos rubios atrás de la nuca. Miró con desencanto a Paola. -Cuando rescatamos a esas chicas y luego nos enteramos que habían matado a Lupescu, pensamos que ya todo había terminado, pero hay un tal Dobrin que ha heredado su imperio. Y dicen que es más cruel que Lupescu-, dijo. Paola sorbió del café que disfrutaba. -Cornejo está aquí-, dijo resoluta. -Ajá, aceptó Tanya, tenemos confirmación que está aquí para llevarse a Fabiana- -Entonces lo de la señorita Aruba podría ser una confusión-, adivinó Paola. -Podría ser. Pienso que querían a Fabiana pero se llevaron a otra belleza. No lo sabemos a ciencia cierta. A Dobrin, imagino, eso no le habrá gustado en absoluto-, aclaró Tanya. Después de apagar el cigarrillo en el cenicero, Tanya miró detenidamente a Paola. -¿Te atreves a desafiar a esos hombres tan malos?-, preguntó riendo con la mirada. Paola también estiró su risita y acercó su naricita a la de Tanya. -A mí los hombres no me asustan, las que me dan miedo son las mujeres-, dijo y las dos rompieron a reír a carcajadas. ***** Las travesuras de Fabiana con Graciela Medina empezaron a rebasar límites y se hicieron frecuentes y a toda hora. Ya no era solo llevarse los panecillos de la cocina, sino también fastidiaban a las otras candidatas. Les cambiaban las zapatillas, las sandalias, los vestidos y los shorts que las auxiliares del concurso acomodaban, en las puertas de sus cuartos. Se levantaban en las madrugadas y cambiaban las ropas andando de puntitas y haciendo fuerza para no reírse. Así, por ejemplo, la señorita Inglaterra que era enorme, se ponía una vestido muy estrecho que correspondía a la representante de Corea del Sur o la muy delgada señorita Nueva Zelanda lucía una ropa muy holgada que era de otra chica, más robusta. -Vos sos terrible-, decía Medina riéndose a carcajadas cuando veían en el desayuno a las chicas con las ropas cambiadas. También interrumpían, adrede, las fotos promocionales de las otras muchachas. Hacían gestos cuando las retrataban o simplemente desobedecían a los fotógrafos y camarógrafos, ejecutando las cosas al revés. Las imágenes que retrataron en Vondelpark, fue la última gota que colmó la paciencia de la organización. Fabiana y Graciela debían pasear en bicicleta con la otras chicas, pero por andar con los disfuerzos, empujándose y jalándose el pelo, tropezaron y rodaron aparatosamente, tumbando a las otras mujeres y haciendo un atroz entrevero de bicicletas, piernas al aire, ayees de dolor, caras de sorpresa y demasiadas risotadas. -Somos el hazmerreír de toda la prensa-, ladró Melvin Douglas viendo las imágenes de las candidatas tumbadas en el suelo, con las bicicletas encima, sorprendidas después de haberse caído una tras otra, como un castillo de naipes. La filmación que hizo el camarógrafo oficial del concurso mostró a las responsables del tremendo alboroto. Apenas lo vio, Melvin pasó la mano por su cara, ajándola, y jalándola hasta el suelo. -¡¡¡Señorita Perú!!!-, dijo chirriando los dientes. Como castigo, no hubo postre para ella en ese almuerzo, pese a sus protestas. Habían servido fuffly pancakes que le encantaban pero Douglas ordenó que no le dieran nada a la delegación peruana. Nancy también era fanática de ellos y se molestó terriblemente con Fabi. -Tú te portas mal y yo pago el pato, no vale-, le reclamó furiosa. Fabiana y Graciela se juntaron entonces, fastidiadas, a tostarse en la piscina. -Y, no deberíamos ponernos bloqueadores, bromeó Graciela, nos veríamos como camarones hervidas ¿viste?- Fabiana alucinaba viéndose toda roja tomándose las fotos para el concurso. -Nos veríamos como marcianas-, echó a reír. Fue que llegó Doris Bobdadilla, la señorita Paraguay. Había traído varios fuffly pancakes envueltos en servilletas. -Cogí los que sobraron-, les anunció alargando su risita. -Que no nos mire Douglas-, echó a reír Medina. -He leído en los diarios que la gran favorita para ganar el concurso es la señorita Brasil-, dijo Doris recostándose en una de las perezosas. -Y esa mina es hermosa, alta, esplendorosa. No me sorprendería-, dijo Medina. -Yo no entiendo por qué tanto interés de ser la más hermosa del mundo. Yo vine a divertirme-, sonrió Fabi mordiendo uno de los fuffly pancakes. -¿Nunca te interesó la idea de ser una reina de belleza?-, se sorprendió Doris. -La verdad, no. Los chicos siempre me eligen para sus coronaciones. He sido miss novata en la universidad, miss juegos florales y madrina en sus equipos de fútbol, pero yo solo me divierto-, contó Fabi. -Pero vos sos la representante de Perú, ganaste el concurso en tu país-, le recordó Medina. -Yo participé porque me ofrecieron un dinero que urgía mi pueblo, de lo contrario ni hubiera concursado-, aclaró Fabiana. -Entonces, ¿qué piensas de todo esto?-, se interesó Bobadilla. -Es un espectáculo ¿no?, es un show que se vende al mundo como los es el Oscar o el festival de Cannes. Los patrocinadores pagan, la televisión paga, se venden entradas, hay sponsors. Es un negocio, en resumidas cuentas. Como lo es el Mundial de fútbol o los concursos de música. Dicen que se explota a la mujer, que la tratan como objeto, pero yo pienso que eso era antes, cuando para las mujeres habían muchas fronteras y tabúes, hoy el mundo es diferente y la mujer también. La mujer muestra lo que es ante el mundo: belleza, inteligencia, también superación-, opinó Fabiana. A Graciela le dio risa lo que dijo. -Y, pero muchos dicen que la belleza no debería ser explotada, vos no lo piensa así-, le aclaró. Fabi siguió degustando el delicioso postre. -Más que belleza, yo veo estilo. Si se dice que se explota la belleza, yo te preguntaría, entonces ¿el modelaje es un estilo de forma o de vida? Las mujeres buscamos ávidas las revistas de modas, admirando las chicas flacas, bien entalladas en sus vestidos, ¿me entiendes? En eso de que "la belleza es explotada" somos hipócritas: los deportistas deben tener cuerpos excelentes para triunfar, los militares requieren preparación física, estar en forma, para desarrollar su labor, igual los astronautas o los presentadores de televisión. La belleza física es siempre un valor, aun no lo aceptemos, es un estilo de vida, entonces. Sin embargo, lo que veo hoy es que esa belleza física ahora compite con la inteligencia y la superación-, siguió diciendo Fabi. Doris estaba boquiabierta. -¿Dónde aprendiste todo eso?-, se admiró. Fabiana estalló en carcajadas. -Es lo que veo y lo que pienso-, agregó Cerca estaba escondido Melvin Douglas. Había escuchado a la señorita Perú con suma atención desde su parapeto tras unas cortinas. Movió en su boca el habano que fumaba, dobló el diario que tenía en las manos, y raspó la voz. Se fue cavilando por las escaleras. Justo subía Cheryl Monroe, la aún vigente Miss Mundial. -¿Piensas que vestirse bien o verse bien es un estilo de forma o de vida?-, preguntó Douglas mirándola con la cara ajada. Monroe no entendía la pregunta. Rascó su cabellera y estiró una risita. -Verse bien es un estilo de vida. Nadie quiere verse mal ¿o no?-, dijo y subió a su cuarto a cambiarse para una sesión fotográfica. Douglas quedó repitiendo la frase de Fabi y de Monroe, -un estilo de vida-
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