Adamis se había resistido a dejar partir a Aleksanteri de la montaña, y en su furor había deseado que la muerte lo alcanzara. Pero no contaba con que Augur ya había intervenido. La lanza dorada, la cual ella conocía como Dominio, estaba en las manos de Aleksanteri, cuyo brillo resaltaba como cuando la portara el propio Augur.
Eso le daba al fuerte Berserker una gran protección, una en la cual no podría rastrear su presencia. Pero al invocar al Kraken para que capturara el barco, tuvo que ir por sí misma para que el monstruo marino no acabará con él, de hacerlo ¿quién podría aliarse y tener semejante brío?
Se había transformado en una bruja de mar para ir por él y salvarlo de morir ahogado, pero Aleksanteri al ser un hombre acostumbrado a la lucha, había recibido de su fuerza una herida
