Ultimátum

3311 Words
Me cuesta mucho conciliar el sueño después de esa conversación, sin embargo de alguna forma lo consigo y me alegra el hecho de que a pesar de eso haya logrado levantarme antes del amanecer. Cabalgo con onix para intentar pasar desapercibida por si hay alguien en las calles a esta hora, claro aparte de mi. Por fortuna no me encuentro con nadie y llegó a mi destino, bajo de onix y lo amarró a un árbol cercano. —Quedate aquí tranquilo por favor—le digo en voz baja mientras acarició su espeso y oscuro pelaje—, regresó en un rato. Caminó decidida hasta la puerta principal, levantó la mano en un puño y tocó. Unos momentos después la puerta se abre y sonrió. —Buenos días Sra. Palmer—le digo al ama de llaves que no parece sorprendida por mi llegada y sonríe en respuesta—, ¿Está él despierto? —Buenos días Srita. Siledrah—dice abriendo más la puerta mientras me indica que pase—, sí, ya lo está. No debe tardar en bajar. —Gracias Sra. Palmer, y recuerde que puede decirme Leilani—digo con una sonrisa adentrando me a la casa. —Gracias Srita. Leilani—dice con una leve inclinación—, si me disculpa iré a informar de su llegada. Justo cuando ella emprendía su camino unos pasos sonaron en las escaleras, pasos lentos y perezosos. —¿Alguien tocó Sra. Palmer? —Sí joven…—dice ella pero antes de terminar él llega al último escalón y me observa un poco pasmado y no puedo evitar reírme. —¡Buenos días dormilón! —Buenos días madrugadora—responde fingiendo sorpresa hasta que bosteza—. ¿Te caíste de la cama? —Jajaja lo mismo te pregunto yo, ¿te caíste de la cama? —Bueno… si, la verdad es que sí. —¡Ohh! Eso debió ser muy gracioso jajaja—digo caminando hacia él mientras por el rabillo del ojo veo como la sra. Palmer se retira. —No para mí—dice serio pero haciendo pucheros—. ¿Y tú? —No, yo no me caí jajaja—digo mostrándole la lengua—. La verdad es que tengo que hablar contigo de algo muy importante. Eres la persona en la que más confío aparte de mis padres. —Está bien, vamos al jardín—dice guiándome al jardín trasero—, ahí podremos hablar con calma. Atravesamos las puertas para salir a un gran jardín ornamental con algunas fuentes de agua pequeñas, sin embargo caminamos más hasta llegar casi al final donde hay un gran árbol con una banca a sus pies. —Entonces… dime—dice levantando una ceja mientras una sonrisa traviesa aparece en sus labios y toma una posición algo relajada pero con los brazos cruzados—, ¿qué es tan importante para que tuvieras que madrugar? —Sigue burlandote, cuando terminemos de hablar veremos si alguien se ríe. —Está bien, lo lamento—dice tranquilo pero con una sonrisa suave—. Cuéntame entonces. —Hay alguien que puede ayudarme a encontrar información sobre…mis verdaderos padres, progenitores… pero tenemos que viajar. Él está en completo silencio, escuchando atentamente mis palabras y parece no entender del todo. —¿Quieres información de tus padres?—dice incrédulo. —Si. —¿Por qué?—me mira con curiosidad, intentando comprender mi motivación. —Necesito saber quién soy—digo tranquila mientras tomo un respiro y exhalo—, quiero saber por lo menos sus nombres y si es mucho pedir saber de donde soy, si tengo algún familiar por ahí…Necesito saber quién soy Aaron, conocer mis orígenes. Aaron me mira en un silencio pensativo, luego algo parece cruzar por su mente y asiente. —Lo entiendo Leilani, puedo darme cuenta de que esto significa mucho para ti—dice sonriendo ligeramente mientras se acerca y toma mis manos—. También recuerdo que dije que te acompañaría en tu siguiente viaje… —Así es—digo devolviéndole la sonrisa y dándole un apretón de manos—, ¿te gustaría acompañarme? Por favor. —¡Por supuesto! No tienes ni que pedirlo—dice alegremente mientras nos sentamos en el banco—. Estoy para apoyarte siempre que me necesites, y está parece ser una excelente oportunidad. —Gracias dormilón—digo con una sonrisa tonta de agradecimiento. —Jajaja de nada madrugadora—dice revolviendo un poco mi cabello, luego la curiosidad aparece en su mirada—. Por cierto… ¿quién es la persona que te habló de encontrar la información? Sabía que en algún momento preguntaría, solo no esperaba que fuera tan pronto. No se si debería decirle o dejar que sea una sorpresa, aunque ciertamente Áaron me agradecería el prepararse para la presencia de Sebastian en el viaje. —Lord Sebastian Arzgox—digo mientras él me mira con los ojos bien abiertos—, dice que él puede ayudarme. —¿Le contaste a Lord Arzgox esto?—dice contrariado y sin lograr comprender. —Áaron, yo no le dije nada—digo mirándolo directamente y con honestidad—. Él… de alguna manera lo dedujo, no tengo la menor idea. Solo se que se acercó para decirme que puede ayudar a encontrar información, y acepte su ayuda. —Está bien, lo comprendo—dice bajando la mirada pensativamente, luego posa sus ojos nuevamente en mi—. Con mucha más razón te voy acompañar en este viaje. —Lo sé, relájate—le digo con una sonrisa mientras le doy una pequeña palmada—. Trataremos de hacernos amigos, y si no encontramos nada regresaremos. —Me parece un buen plan. —Por supuesto, fue mi idea—le digo bromeando y aligerando el ambiente. —Graciosa, muy graciosa—dice levantando la mano para revolver mi cabello de nuevo pero esta vez logró evitarlo y me rio—. Entonces… ¿cuando viajamos? —Hoy. Te veré en el establo después de medianoche, justo cuando la luna esté en lo más alto—digo seriamente cruzando mis brazos, la risa completamente alejada y adelantando me al resto de sus preguntas suelto—. Es mejor viajar ligero, y de noche nadie verá nuestra partida, así que no habrán preguntas. —Entiendo…—dice mirándome atentamente, y puede ver la seguridad en mi por lo que sonríe—,te veré a medianoche querida amiga. —Muchas gracias—le digo con un chillido mientras doy unos pequeños saltos de alegría. —Leilani, despertarás al resto de la gente en casa jajaja—dice con una risa ligera. —Lo siento, tienes razón—digo apenada por el bullicio—. Te veo luego entonces, aún me queda una platica pendiente. —Por supuesto. Vamos, te acompañó—dice ofreciéndome su brazo y yo lo tomo, mientras caminamos a él se le ocurre—¿Cómo llegaste aquí? —Me trajo Onix—digo sonriendo ampliamente mientras él asiente contento por mi expresión. Al llegar me dirijo directo al establo para dejar descansar a mi pequeño Onix, tiene que reponer energía para esta noche, compruebo igual a Luna, acarició su suave Pelaje y veo que todo marcha bien. Camino directo a casa y al comedor, espero aún alcanzar a mis padres en el desayuno. —Buenos días—digo con una sonrisa mientras me adentro al comedor—, me alegra haberlos alcanzado para desayunar. —Buenos días hija—dice maternalmente mi madre con una sonrisa dulce. —Buenos días querida Leila—dice tranquilo mi padre mirándome por unos segundos para luego regresar la vista a su plato—,también me alegra que te unas a nosotros. Justo entonces entra la Sra. Anderson para colocar mis alimentos, puedo notar por el rabillo del ojo que mi padre espera paciente hasta que ella se retira, no sin antes agradecerle. Me llevó a la boca un poco de fruta fresca y dulce, está tan deliciosa que suelto un sonido de aprobación. —Entonces…—dice mi padre olvidando su comida y volviéndose hacia mí—, ¿puedes decirnos a dónde fuiste tan temprano? —¡Oh eso!—digo descansando los cubiertos sobre el plato mientras posó la mirada en él—, fui a visitar a Áaron. —¿A esa hora?—dice un poco incrédulo con una media sonrisa—, espero que no los despertarás. —Sí padre a esa hora, pero descuida ya estaban despiertos—digo con una sonrisa ligera. —Está bien. —¿Por qué fuiste tan temprano cariño?—dice mi madre quien había estado comiendo y observando la conversación. —Yo… Tenía que hablar con él—digo un poco insegura—. De hecho, también tengo que hablar con ustedes… Me miran tomados por sorpresa y confundidos, mientras tomo un último bocado del desayuno y luego bebo un sorbo de jugo de naranja, puedo sentir como se desliza por mi garganta y veo como ellos tragan sus respectivos bocados. —Los amo, ustedes son unos excelentes padres y estoy tan agradecida por todo—digo mirándolos uno por uno, para que no tengan dudas de mis palabras. —Quiero buscar información sobre mis…—me atraganto con las palabras, decirle a Áaron es una cosa pero a ellos es otra—sobre mis padres de sangre, y hay alguien que puede ayudarme. Se ofreció ayudarme. Silencio, ellos ni parpadean. Como si el momento hubiera sido capturado en una imagen, luego mi madre mira a mi padre pero él solo tiene los ojos sobre mi. Confusión, incredulidad, dolor, tantas cosas pasan por su mirada cuando mi madre suelta un suspiro, y puedo ver también el dolor en sus ojos. —¿Quién?—dice con una apariencia tranquila aunque posiblemente no sea así—, ¿quién te ofreció su ayuda? Estoy igual o más indecisa que hace un rato sobre revelar esa información. Es algo que podría inclinar la balanza, solo que no sé si a mi favor o en contra. Mi mente va corriendo intentando descifrar qué es lo mejor para todos, pero más importante aún lo qué es mejor para mí… —Cariño, te hemos dicho todo lo que pudimos descubrir en ese momento—dice ella tranquila sin querer sonar dura, pero segura de sus palabras—. Han pasado muchos años, no estoy segura de que puedas encontrar algún tipo de nueva información y menos por acá. Dice mi madre justo cuando mi padre termina su pregunta y solo puedo seguir pensando cómo sobrellevar y terminar esta conversación de manera satisfactoria mientras ella sigue hablando. Sus últimas palabras me regresan al presente y tomó un sorbo de agua antes de responderles. —Lo se madre, sé que me han dicho todo lo que pudieron descubrir en su momento, también sé que han pasado muchos años desde eso, pero aún así no pienso darme por vencida—digo con calma y seguridad en mis palabras—. Voy a conseguir información acerca de ellos. —También tengo que decir qué en ningún momento mencioné que buscaría la información aquí en bennarth. Pasó por alto la pregunta de mi padre, ciertamente tengo la respuesta, pero sigo dudando cuál sería su reacción… Ellos parpadean sorprendidos por mi tono de voz. No estoy gritando ni nada, pero definitivamente es seguro y firme, mi posición definitivamente los ha tomado por sorpresa y es mi padre el primero en hablar. —¿Qué estás queriendo decirme? ¿qué estás queriendo decirnos?—dice notablemente enojado, claro por mí audacia y confundido por esta repentina conversación que obviamente no estaba en su mente qué pasaría. —Lo que estoy queriendo decirles padre es que voy a buscar información sobre mis progenitores. Si me quieren ayudar ofreciendo el nombre del lugar donde sucedió el accidente podría comenzar por ahí, pero si no quieren hacerlo está bien, comprendo su posición, pero aún así iré a buscar. Así que si tengo que viajar lo haré. Silencio absoluto, silencio nuevamente. No creo que ellos puedan seguir guardando silencio cada qué yo digo algo nuevo pero tomo un suspiro y trato de calmarme para tener una conversación coherente con mis padres Así que trato de sacar mi as bajo la manga. —No hay ninguna razón por la cual tengan que estar preocupados. Yo sé que ustedes lo hacen, se preocupan por mí y lo entiendo, por eso le pedí a Aaron que me acompañe. Tal vez así puedan estar un poco más tranquilos—digo con la voz más tranquila, tratando de hacerles comprender mi punto de vista. —Definitivamente Confío en Áaron, pero aún así Leilani considero que es absurdo qué quieras viajar con una persona desconocida para nosotros y con Aaron, necesitas llevar guardias contigo. Necesitan llevar guardias, hay ladrones en los caminos—dice mi madre con un tono de voz preocupada por lo que vaya a decir mi padre o lo que vaya a suceder en general. —Leilani, no puedo intentar decir que te comprendo porque ciertamente no es así, pero hija nosotros te amamos, te hemos visto crecer, madurar, y aún así no logro comprender porque quieres hacer esto. Así que no, no tienes mi apoyo para esto y mucho menos mi permiso, no viajarás con alguien desconocido. Estoy anonada, por primera vez en el desayuno yo soy la que se queda en silencio. Suelto un gran suspiro y me doy cuenta que tal vez mi única opción sea decirle quién es la persona que me ofreció su ayuda y que definitivamente no es un desconocido, bueno al menos no tan desconocido… a pesar de eso creo que hay algo que Sebastián aún oculta, pero si él puede ayudarme a encontrar alguna pista estaré agradecida. —Está bien papá, está bien. Te lo diré, la persona que me ofrecio su ayuda fue el joven lord Sebastián Arzgox. Y la acepte, así que todo estará bien. No quiero que nadie se entere de esto así que solo quise contárselo a ustedes, porque confío en ustedes, y porque los amo, espero puedan entenderme. —Hija, ¿hablaste con Lord Arzgox de esto? no sabía que confiaras tanto en él—dice mi padre conteniendo sus emociones. —Yo no le conté nada a Lord Arzgox —digo—, él ya lo sabía de alguna forma. Él lo supo y aún así ofreció su ayuda. Así que sí, iré a buscar información. —No importa que sea Lord Arzgox el que ofrece su ayuda, no irás a buscar información con él. Te repito, es muy peligroso. –No me importa, tú me entrenaste muy bien y seguramente Lord Arzgox entreno igual que Aaron , tú entrenaste a Aaron, lo sabes, sabes que pelea muy bien. Sabemos defendernos, todo estará muy bien. —No hija, confío en ti, confío en Aaron, pero no puedo confiar en Sebastián. No lo conocemos, no sé si va a protegerte de cualquier peligro que exista ahí, así que no puedes ir con él, no iras. —¿Es en serio?—digo abrumada—. No, no puedes estar hablando en serio, ¿por qué no quieres que yo consiga información?, ¿que me estás ocultando? —No te oculto nada, no hay más información. Es una tontería ponerte en riesgo por nada, no irás y dicho. —Pues no padre, déjame decirte que no es todo. No está dicho, porque sí voy a ir, por muy preocupado que puedas estar voy a ir. Preferiría que me apoyarás. —Okay, ¿quieres que te apoye? lo haré. Puedes tener mi permiso de ir, si te comprometes con el joven Lord Arzgox. Sí están dispuestos a comprometerse pueden ir a ese viaje, solo así puedo estar seguro de que él te va a proteger hasta con su propia vida. Si no es así no tienes mi permiso y mi bendición para ese viaje. Todo dentro de mí parece contener el aliento. Él, él me está dando un ultimátum, básicamente: casarme para viajar o no casarme. No puedo creer que este sea mi padre, él nunca habría hecho esto. Nunca habría permitido que me casara sin que lo quisiera, y mucho menos desconfíaría de mí, de lo que él me enseñó. Estoy agotada, así que solo me levanto de la mesa. —Gracias por el desayuno, creo que mejor me retiro a mi habitación no estoy cómoda aquí, con permiso. Dicho eso camino directo fuera del comedor con rumbo a mi habitación, cada paso que pongo entre nosotros me permite tomar un respiro y preguntarme cómo demonios la conversación pudo ponerse de tal forma. En mi habitación lo único que puedo hacer es caminar, caminar, caminar, y caminar en círculos. creí que mis padres entenderían mis motivos, ellos sobre todo, pero sí que me cayó un balde de agua helada porque no fue así. Suelto un suspiro y me tiró sobre la cama, me acuesto y dejó reposar mi cabeza sobre la almohada de plumas. Tengo que encontrar una manera de poder irme y contar con su apoyo… Antes del almuerzo decido bajar y estoy llegando al recibidor cuando la señora Anderson se aparece. —¡Oh Señora Anderson!—digo con alegría—justo le estaba buscando, me podría hacer el favor de subir mi comida a la habitación si no es mucho pedir. —Buenas tardes señorita, justamente eso le iba a preguntar, descuide, no se preocupe en un momento subo su comida—dice con una sonrisa tierna. —Muchísimas gracias— le digo mientras ella emprende el camino de regreso a la cocina. yo aprovecho y pongo la carta justo sobre un montón que serán enviadas en unos minutos, después de mirar el sobre por unos momentos más doy la media vuelta y comienzo el ascenso por las escaleras con rumbo a mi habitación y a esperar la comida. El almuerzo fue delicioso, muy tranquilo ya que comí sola en la habitación, pero ahora después de la ducha y alistarme estoy preparada para bajar antes de la cena. Tomó unos instantes para observar mi reflejo, sigo siendo yo, jovial pero con un aire un poco más maduro, definitivamente mi padre está vez no podrá oponerse. Estoy bajando el último escalón cuando tocan a la puerta, de reojo puedo ver que la señora Anderson aparece para abrir y la detengo. —Disculpe señora Anderson, podría colocar mi plato para cenar en la mesa y un lugar extra por favor. Y descuide yo atiendo la puerta. Cuando veo que ella asiente y parte hacia el comedor para colocar los lugares, me dirijo a la puerta y abro justo cuando están tocando nuevamente. —Hola, buenas noches—digo un poco cohibida y reservada pero con una pequeña sonrisa—,muchas gracias por venir, pasa, adelante. —No hay nada que agradecer. Sabes que si puedo ayudarte lo haré siempre—Él asiente y sonríe ante mí timidez. —Está bien, está bien—digo relajada encogiendome de hombros—. Lo sé, por ahora solo acompáñame a caminar hasta el comedor para nuestra cena. —Por supuesto mi Lady, yo encantado de ir con usted a dónde desee. Dicho esto emprendemos el camino con los brazos entrelazados hacia el comedor, al entrar observó cómo cambia todo, puedo ver justo el momento en qué mi padre está observando nuestros lugares en la mesa y luego voltea a ver quién entra a la sala y cuándo se da cuenta veo como entre cierra su mirada, no sé porque pensó que me daría por vencida tan fácil. Él me crío y me enseñó todo lo que sé y una de esas cosas es a no darme por vencida, así que le sonrió.
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