¿Por qué las personas llenas de más bondad son las que sufren más en este mundo? Rousse siempre agachaba la mirada cuando alguien la maltrataba, no importaba si esa persona estaba equivocada, si tenía la razón, ella siempre hizo silencio. Pero, cuando era de ayudar a alguien, siempre lo hizo sin dudarlo. Pero Rousse nunca tuvo a alguien que la ayudara cuando más lo necesitaba. Hasta ese día, cuando mis brazos la sostuvieron mientras sus pies colgaban en ese precipicio. Ella no quería que la salvaran, Rousse había elegido saltar, abandonar esta vida. Yo fui el que se entrometió en su decisión y se lo impidió. Cuando la ayudé a traerla al otro lado de la baranda, no fui capaz de decirle palabras de valor que la hicieran reflexionar, de hecho, sentía que sólo empeoraba el momento.