Estacionando su motocicleta frente a la tienda de tatuajes de Aiden, Jagger se bajó y observó la puerta de vidrios, dudando en si debería de entrar o no. A decir verdad, había pensado durante toda la noche una forma de arreglar el problema en el cual había metido al gatito, y aunque pensó en un par de cosas para poder protegerlo, sabía sin duda que Spencer rechazaría sus intentos. Y hasta en el peor de los casos, podría comenzar a evitarlo con tal que le dejara tranquilo y demostrarle que podía lidiar con sus problemas. En cierta parte, admiraba eso del omega, porque sabía que había algunos que o muy bien huían en la primera señal de problemas o confiaban en otros para que lo resolvieran, era solo algo en ellos confiar en que una presencia más grande y fuerte resolviera todo por ellos.